“Cuando usted hiere a alguien, confíeselo con humildad y repare el daño.
El orgullo humano se levanta para impedirnos reconocer, lo cierto de todo, es que al fallar en lo profundo de nuestro ser sabemos que hemos hecho mal”.
Levítico 26:19 Yo quebrantaré su orgullo y terquedad. Endureceré el cielo como el hierro y la tierra como el bronce.
1 Samuel 2:3 Dejen de hablar con tanto orgullo y altivez; ¡no profieran palabras soberbias! El Señor es un Dios que todo lo sabe, y él es quien juzga las acciones.
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