Estad, pues , firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia. Efesios 6:14
Cuando tantas cosas parecen tambalearse y estremecerse. Hoy, comprendo que no debo tambalearme ni desvanecerme, sino que necesito estar firme.
Para que esa firmeza se haga realidad, puedo ver que Dios me provee de toda la armadura para resistir. Dos partes especiales que decido ponerme hoy es el cinto de la verdad y la coraza de la justicia.
Sé que en el tiempo de Pablo esta parte de la armadura ajustaba la túnica y sostenía la espada y aseguraba que no tuviera el soldado impedimentos para su carrera. Abrocharse el cinto le daba sentido de fuerza y confianza.
Hoy en un mundo lleno de mentira, es indispensable ajustarme el cinto de la verdad. Primero el cinto de la verdad de Dios expresada en la vida de Jesús, quien dijo Yo soy la verdad y en segundo lugar el cinto de la verdad practica. Vivir en sinceridad.
Hoy, Dios requiere “verdad en el ser interior”. Hoy, en casa, en el trabajo y con mis amigos deseo ser honesto y verdadero a cualquier precio.
Si este día, tomo el camino de engañar, caer en hipocresías, unirme a intrigas y mentiras, es jugar el juego del diablo y cuando yo juego en su juego, no puedo vencerlo en su terreno. Pero cuando me ajusto el cinto de la verdad eso me da seguridad y confianza en Dios y en mi mismo y podré resistir todos los ataques de mentiras que vendrán sobre mi hoy porque yo se que lo que el enemigo más abomina es la trasparencia y la verdad él ama la oscuridad y cuando la luz llega él tiene que huir.
Las mentiras abundan en las familias, los negocios, los medios de comunicación y los gobiernos. Muchos viven engañando y siendo engañados.
Pero ninguno de los que viven de la mentira y con la mentira tienen seguridad y confianza en la vida porque temen un día ser descubiertos. Los que tienen el cinto de la verdad bien ajustados marchan por la vida con seguridad y confianza, porque nada los asustan saben que no tienen nada que esconder y nada de que ser descubierto y hoy yo quiero ser uno de ellos.
Señor, Cuando conocí tu verdad porque me la revelaste, mi vida cambió porque vivía un mundo de mentira y mi vida era una mentira en sí. Pero hoy que conozco tu verdad y que me enseñas a vivir en la verdad. Pido de ti la fuerza para ceñirme el cinto de la verdad y resistir un ambiente oscuro de mentira que me rodeará donde quiera que vaya. Por que tu eres mi verdad. Amén.
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