Sunday, November 4, 2018

REFLEXION

Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza. Salmo 119:116

Pablo escribió la mayoría de sus epístolas en prisión. Tal vez usted se siente hoy como en una prisión, con puertas que se cierran en su cara. Quizás se encuentra en la prisión de la duda y la desesperación. Tal vez su doctor le notificó un diagnóstico perturbador, o está temiendo la visita de alguien esta semana. Posiblemente usted se encuentra en la prisión financiera de las deudas, o en la prisión doméstica del maltrato y abuso, sintiendo que no existe ninguna salida. Amigo, quiero decirle que hay una salida para usted. Dios todavía está en su trono. Él escucha y contesta toda oración. La victoria sobre su situación está sólo a una oración de distancia. Las circunstancias pudieran no cambiar, pero su perspectiva y actitud cambiarán cuando comience a orar y a alabar a Dios. Usted y yo no tenemos una necesidad que Dios no pueda solucionar.

Ore de esta manera hoy: “Padre, te necesito. Necesito que me perdones donde te he fallado. Necesito que cambies mi corazón y fortalezcas mi fe para que pueda ver mi prisión como un palacio. Cambia mi actitud de temor a gozo, de celos a contentamiento, de preocupación a confianza. Te amo. En el nombre de Jesús. Amén”

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