Thursday, February 8, 2018

REFLEXIÓN

Mucha gente piensa que creer en Dios nos protege de los problemas, de modo que cuando las calamidades vienen, se rebelan contra la bondad y la justicia de Dios. Pero usted no debe renunciar a Dios sólo porque le suceden cosas malas. La fe en Dios no garantiza la prosperidad personal, y la falta de fe no garantiza problemas en la vida. Si eso fuera así, la gente creería en Dios sólo para hacerse rica. Dios es capaz de rescatarnos del sufrimiento, pero también puede permitir que este venga por razones que no podemos entender. Es en momentos como este, que Satanás emplea su estrategia de llevarnos a dudar de Dios. Eso nos muestra una perspectiva más amplia que su propia comodidad personal. Si siempre supiéramos por que sufrimos, nuestra fe no tendría espacio para crecer.

Sunday, February 4, 2018

REFLEXION

Está en tus manos tener un buen día o no. ¡Tu decides!

Salmo 55:17
En la tarde, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré, y Él oirá mi voz.

Salmos 5:3
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.

Salmos 88:13
Mas yo, a ti pido auxilio, SEÑOR, y mi oración llega ante ti por la mañana.

Salmos 92:2
Anunciar por la mañana tu bondad, y tu fidelidad por las noches.

Salmos 141:2
Sea puesta mi oración delante de ti como incienso, el alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde.

BUSQUEMOS SIEMPRE A DIOS

Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. 
Juan 16:33

¿Quién de nosotros no pasó alguna vez por situaciones muy difíciles cuando menos esperaba? La verdad es que, cuando todo está bien en nuestra vida material, en la familia y en el trabajo, somos indiferentes, e incluso nos alejamos de Dios. Es muy común que busquemos a Dios sólo en el momento en que algo malo sucede y nos vemos frente a una pérdida material, o sentimos que nuestro futuro está en peligro.

En momentos difíciles, las palabras de Jesús son oportunas y consoladoras: “Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33) También las palabras del Salmo 50: “Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás”, son de mucho consuelo.

Amparémonos, entonces, en Jesús, quien venció el pecado, la muerte y al mismo diablo en nuestro lugar, trayéndonos perdón, vida y salvación.

Oración: Amado Salvador, danos fuerzas para superar los momentos difíciles de la vida, y para que podamos ayudar al prójimo en sus dificultades. Amén.