La preocupación es como una mecedora: nos lleva a hacer algo pero no nos lleva a ninguna parte.
Dios conoce tu corazón y tu mente y te escucha aun si no hablas. Solo siéntate con tranquilidad y llénate de su bondad.
Mateo 6:27
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Proverbios 3:6
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
1 Reyes 8:28
Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti.
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