Puedo enseñarte muchas cosas pero no puedo obligarte a aprender.
Puedo guiarte ahora pero llegará un momento en que ya no lo podré hacer.
Puedo darte cierta libertad pero no responsabilidad para usarla bien.
Puedo llevarte a la iglesia pero no puedo obligarte a creer en Dios.
Puedo ayudarte a diferenciar entre lo bueno y lo malo pero no puedo decidir por ti.
Puedo comprarte un traje hermoso pero no puedo hacerte hermoso por dentro.
Puedo ofrecerte consejos pero no puedo ponerlos en práctica por ti.
Puedo darte amor pero no puedo obligarte a aceptarlo.
Puedo enseñarte a compartir pero no puedo forzarte a hacerlo.
Puedo aconsejarte de las buenas amistades pero no puedo escogerlas por ti.
Puedo darte orientación en cuanto al sexo pero no puedo mantenerte puro.
Puedo decirte que el licor es peligroso pero no puedo decir NO por ti.
Puedo advertirte acerca del daño que ocasionan las drogas pero no puedo evitar que las uses cuando yo no te veo.
Puedo ayudarte a soñar en metas altas pero no puedo alcanzarlas por ti.
Puedo enseñarte acerca de la bondad y del amor, pero no puedo obligarte a ser bondadoso o amoroso.
Puedo hablarte de Jesús pero no puedo hacer la decisión por ti si lo piensas seguir.
Puedo enseñarte a vivir pero no puedo vivir por ti.
Te he ayudado a venir a este mundo, te he dado la vida, pero no puedo darte la vida eterna porque sólo tú puedes decidirlo.
Como ves hijo querido, tengo limitaciones que solo tú lo puedes hacer o decidir, así que oraré por ti para que Dios te dé sabiduría en el momento preciso.