UNA CÁLIDA BIENVENIDA

Un jovencito tuvo una pelea con sus padres y se escapó de casa. Tuvo una vida dura y pasó varios años en una ciudad lejana y sin ningún contacto con su familia. Más tarde quiso volver y reconciliarse con su familia. Pero él estaba reacio a volver ya que temía que sus padres y hermanos podrían no darle la bienvenida.

Después de mucha meditación, envió una carta a su padre, expresando su deseo de regresar a su casa y pidiendo perdón por abandonar a su familia. En su carta le pidió a su padre que atara una cinta blanca en el árbol cerca de su casa al lado de la vía del tren si estaba dispuesto a darle la bienvenida de regreso a su casa.

Él entonces veria la señal a través de la ventanilla del tren, y bajaria del tren en la siguiente estación para regresar a casa. Agregó que si él no veía la cinta en el árbol, el asumiría que a su familia no le agradaba su regreso y querian que se alejara de ellos para siempre.

Abordó el tren según informó y su tensión creció enormemente cuando el tren se acercaba a su tierra natal. Cuando el tren pasó por su casa, no podía creer lo que veía. El árbol estaba completamente decorado con cientos de cintas blancas que bailan en el viento como si estuvieran saludando para darle la bienvenida. Esto demostró lo mucho que anhelaban su regreso.

Su familia cariñosa no quería que perdiera la vista de la cinta, la señal de bienvenida. Así que no se limitaron a una sola cinta que podría fallar de verse. Felizmente cubrieron todo el árbol con cientos de cintas para reflejar su alegría de todo corazón y la voluntad de darle la bienvenida a su hogar.

Dios creó al hombre a su imagen. Entonces instituyó la familia en la imagen del cielo. La familia ideal es un paraíso de felicidad.

Este hecho indica la cálida bienvenida que un pecador recibe cuando se arrepiente y vuelve a Dios. Cuando damos un paso hacia Dios, Él se mueve dos pasos hacia nosotros, deseosos de abrazarnos.

El padre amoroso de la parábola del hijo pródigo Lucas 15: 11-32
es una imagen del Dios amoroso que derrama su afecto infinito en un pecador arrepentido.

Jesus dice en Lucas 15:10; Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.

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