Vitaminas, suplementos nutritivos, máscaras de belleza hechas de fango, cremas faciales. levantamientos del rostro, dietas milagrosas. En América hay una abundancia de armas para batallar contra la vejez. Y con razón, algunos le temen más a la vejez que a los monstruos o a una auditoria del servicio de rentas internas.
Sin embargo, para ti, que eres un hijo de Dios, la vejez no es tu enemigo. Eres eterno. Así que aprovecha el tiempo como una oportunidad de crecer en una relación de intimidad con El, de acumular tesoros en el cielo, y de traer un poquito del cielo a la vida en esta tierra. y nunca olvides que tu destino final es con tu padre... con un cuerpo eternamente joven en un paraíso eterno.
No hay personas más ancianas que las que han gastado todo su entusiasmo y han perdido su perspectiva.
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