REFLEXIÓN

Una señora demasiado entusiasta y altamente religiosa estaba preocupada de que su marido era un gran bebedor. Ella solía atormentarlo por sus constantes quejas y asesoria innecesaria. Con mucho esfuerzo, logró llevarlo a una convención cristiana.

Después de informar a los organizadores, ella ocupó un asiento cerca de su marido y lo estaba molestando continuamente, expresando irritación cada vez que mostraba algún signo de sueño o inquietud. Frecuentemente se quejó al pastor que su marido no era atento.

El pastor finalmente le dijo con severidad: "Por favor, ocupe un asiento en un lugar diferente y déjelo en paz. Cuéntale a Dios acerca de él y menos acerca de Dios a él. Es la gracia de Dios y no tu presencia que lo transformará “.

Añadamos a nuestra oración las palabras enseñadas por Jesús en el Padrenuestro que él enseñó a sus discípulos, “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” Mateo 6:10