LE DARIA LA BIENVENIDA A LAS PRUEBAS

Ante las tribulaciones, hay quienes hacen crecer sus alas. Otros compran muletas. 

Cuando los atletas entrenan arduamente, corren o levantan pesas hasta el punto en que los músculos se malogran. Este estilo de entrenamiento lo que en realidad causa, es el rompimiento de tejidos musculares, lo cual parece obrar en detrimento del debido desempeño. Sin embargo, es beneficioso porque el cuerpo se adapta a la tensión, vuelve a reconstruir los tejidos dañados más fuertes que antes.

Este principio es también importante para nuestra fortaleza y resistencia espiritual. Dios no es el causante de nuestra lucha y dolor, pero sí permite cierta cantidad de adversidad en nuestras vidas. Su propósito es asegurarse de que estamos creciendo fuertes y resistentes, en vez de débiles y satisfechos de nosotros mismos. Por lo tanto, sonríe cuando tengas que enfrentar pruebas. Piensa en ellas como oportunidades de poder crecer y fortalecerte en la fe, y de acercarte cada vez más a Dios.

Que no seas hallado culpable de darle un veredicto injusto a las pruebas.