Tuesday, April 29, 2014

¿QUÉ PASA SI CONOZCO LA VOLUNTAD DE DIOS, PERO DELIBERADAMENTE NO LO HAGO?

Por desgracia, esto ocurre. Los seres humanos somos imperfectos, a veces, abiertamente desobedientes. ¿Qué sucede en esas ocasiones? Al igual que en todos los ámbitos de la vida, cuando no seguimos las reglas, tenemos que pagar las consecuencias. Pero las consecuencias no suelen suceder de inmediato. De hecho, durante un período de tiempo temporal, las cosas pueden funcionar como la seda. Hebreos 11:25 menciona que goza de los placeres temporales del pecado. El pecado ofrece sus placeres. . . pero son de corta duración.

¿Recuerda Jonás? Compró un boleto en el barco que salia de Tarsis y fue incluso capaz de conciliar el sueño. Pero poco a poco, se encontró en una tormenta amenazante y, finalmente, en el vientre del pez. Dios trae disciplina a Sus hijos. Esto incluye consecuencias externas, así como los conflictos internos, la culpa, la angustia y la rabia. Si duda de eso, echa un vistazo a las palabras de David en el Salmo 32:3-4. Después de su desobediencia relacionado con el asunto de Betsabé, el hombre admite máxima miseria interior.

Además de todo esto, puede haber vergüenza pública y la vergüenza como hermanos cristianos en el cuerpo de Cristo sufre el impacto de su desobediencia. Cuando la disciplina es necesaria debe ser administrada por la iglesia (Mateo 18:15-17), la transgresión que ha intentado mantener en secreto se convierte en conocimiento público. Su familia también sufre. No somos individuos aislados. Como fichas de dominó de pie en la final, cuando uno cae, otros se ven afectados. —Charles R. Swindoll 

Hebreos 11:24-26 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. 

Salmo 32:3,4 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.
Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano.

Mateo 18:15-17 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

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