EL FRUTO DEL ESPIRITU

En contraste con las obras de la carne está la manera de vivir sin dobleces llamada "el fruto del Espíritu". Este se produce en los hijos de Dios a medida que permiten que el Espíritu dirija y ejerza tal influencia en su vida que destruyen el poder del pecado, sobre todas las obras de la carne, y caminan en comunión con Dios (lea Romanos 8:5-14, 2 Corintios 6:6; Efesios 4:2,3; Colosenses 3:12-15; 2Pedro 1:4-9

El fruto del Espíritu comprende:
1- Amor- es decir, interés y búsqueda del mayor bien de otra persona sin móviles de ganancia personal (Romanos 5:5; Efesios 5:2 Colosenses 3:14).

2- Gozo-la sensación de gozo fundado en el amor, la gracia, las bendiciones, las promesas y la cercanía de Dios que tienen los que creen en Cristo ( Salmo 119:16; 2 Corintios 6: 10; 2 Corintios12:9;1Pedro1:8).

3- Paz- el sosiego de la mente y del corazón fundado en el conocimiento de que todo anda bien entre el creyente y su Padre Celestial( Romanos 15::33; Filipenses 4:7;2 Tesalonicenses 5:23; Hebreos13:20).

4- Paciencia- constancia, conformidad, ser lento para el enojo o la desesperación (Efesios 4:2; 2 Timoteo3:10; Hebreos12:1).

5- Benignidad- no querer ofender a nadie ni causarle dolor (Efesios 4:32; Colosenses 3:12; 1Pedro 2:3).

6- Bondad- celo por la verdad y la justicia y aborrecimiento del mal, puede expresarse en actos de amabilidad (Lucas 7:37-50; o en la reprensión y la corrección del mal (Mateo 21:12-13).

7- Fe- lealtad firme y constante a una persona a quien se está unido por promesa, compromiso, carácter fidedigno e integridad (Mateo 23:23; Romanos3:3; 1 Timoteo 6:12; 2 Timoteo 2:2; 4:7; Tito 2:10).

8- Mansedumbre- moderación acompañada de fortaleza y valor, describe a una persona que puede enojarse cuando se necesita el enojo y ser humildemente sumisa cuando se necesita la sumisión(2Timoteo 2:25; 1 Pedro 3:15).

9- Templanza- el dominio de las propias pasiones y deseos, incluso la fidelidad a los votos nupciales, también la pureza (1 Corintios7:9; 9:25; Tito 1:8; 2:5).

El comentario final de Pablo sobre el fruto del Espíritu indica que no hay restricción alguna a la manera de vivir que se describe aquí. Los creyentes pueden y deben practicar estas virtudes una y otra vez, nunca descubrirán una ley que les prohiba vivir según estos principios.