Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad. Génesis 30:22
Nuestro Dios es tan amoroso, tan misericordioso, tan fiel. Incluso cuando nos volvemos demasiado desalentados para creer, Dios no se olvida de lo que prometió. Tal vez te sientas desanimado hoy. Tal vez tu vida no ha salido como usted esperaba. Tal vez usted hizo, creyó y trabajó duro, y no funcionó. Quizá usted está pensando: "Yo nunca voy a ser feliz de nuevo. Nunca me casaré. Nunca voy a lograr mis sueños. "
Recuerda hoy, Dios no sólo se recuerda de ti, EL recuerda la promesa que puso dentro de ti. Él sabe lo que estás destinado a hacer. Es probable que usted haya dicho: "Olvídalo, nunca va a suceder." La buena noticia es que usted no tiene la última palabra. Dios tiene la última palabra, y dice: "Lo que comencé en tu vida, Yo lo voy a terminar." Ese sueño que usted dio por vencido, Dios no lo a dado por vencido . Él se acuerda de ti, y Él está contigo dirigiendote y guiandote hasta el lugar de la victoria.
No te rindas antes de que ocurra el milagro.
—Fannie Flagg
Padre, gracias por tu fidelidad, incluso cuando soy infiel. Gracias por atraerme mas cerca de ti cuando me siento desanimado. Hoy, elijo levantar mis ojos a ti porque tú eres mi fuente de fuerza y ayuda. Tú eres el autor y consumador de la fe. En el nombre de Jesús. Amen.
Sunday, September 29, 2013
HUMILDAD
En el lejano oriente, hace muchos años un guerrero, en busca de respuestas, viajaba por varios lugares. Lo obsesionaban dos preguntas: ¿Dónde está la puerta del cielo? y ¿Dónde la del infierno?
Pasó el tiempo, visitó muchos lugares pero seguía sin encontrar una respuesta a los interrogantes que una y otra vez venían a su mente. Un día alguien le sugirió que visitara un sabio anciano que vivía en una humilde casa en la montaña.
Esperanzado y después de mucho andar, el guerrero llegó a la casa del anciano, al entrar se presentó diciendo: Soy un poderoso guerrero y tengo todas estas condecoraciones por mi valentía y destreza en las batallas, pero vengo a ti porque en los pueblos se comenta acerca de tu sabiduría. Entonces te ruego que me respondas mi inquietud. Quiero saber dónde están las puertas del cielo y del infierno. ¿Tú lo sabes?
El anciano, solo miraba con sorpresa al joven y le dijo: Así que tú eres guerrero…aunque más bien pareces un pordiosero, le respondió con tono irónico. Entonces el guerrero se llenó de ira, acostumbrado a reaccionar violentamente, sacó su espada para decapitarlo, pero cuando estaba a punto de hacerlo, el anciano le dijo: ¿Te das cuenta? esta es la puerta del infierno. Tu ira, orgullo, ego y vanagloria, solo pueden conducirte a ese lugar. Al escuchar esto el joven se sintió avergonzado, guardó su espada y pidió disculpas. En ese memento el anciano le volvió a hablar, le dijo: ¿Ves ahora? encontraste la puerta del cielo. ¿Cuál? preguntó el joven con asombro. Con una sonrisa el anciano le respondió: la humildad es la puerta que nos lleva a reconocer que cometemos errores y además arrepentirnos por ellos, esta actitud solo puede conducirte a ese lugar.
Definitivamente el orgullo es una de las peores cartas de presentación. Orar a Dios creyendo que nos escucha por la calidad y el peso de nuestras obras es un error.
El guerrero se presentó exponiendo sus logros personales, pero lejos de impresionar al sabio anciano, él le respondió algo que de inmediato sacó a la luz el orgullo que guardaba en su corazón
Pero cuando nuestra carta de presentación es la humildad, reconociendo que hemos fallado, que hemos cometido errores, seguramente estaremos más cerca de buscar a Jesús, el único camino la verdad y la vida. Él es la puerta de nuestra salvación.
Salmos 138:6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
Te animo a presentarte delante de Jesús con humildad de corazón, deja que su gracia y misericordia fluyan en ti, reconoce que necesitas de El en cada momento de su vida, entonces sí, al igual que el joven guerrero, habrás encontrado la puerta del cielo.
Pasó el tiempo, visitó muchos lugares pero seguía sin encontrar una respuesta a los interrogantes que una y otra vez venían a su mente. Un día alguien le sugirió que visitara un sabio anciano que vivía en una humilde casa en la montaña.
Esperanzado y después de mucho andar, el guerrero llegó a la casa del anciano, al entrar se presentó diciendo: Soy un poderoso guerrero y tengo todas estas condecoraciones por mi valentía y destreza en las batallas, pero vengo a ti porque en los pueblos se comenta acerca de tu sabiduría. Entonces te ruego que me respondas mi inquietud. Quiero saber dónde están las puertas del cielo y del infierno. ¿Tú lo sabes?
El anciano, solo miraba con sorpresa al joven y le dijo: Así que tú eres guerrero…aunque más bien pareces un pordiosero, le respondió con tono irónico. Entonces el guerrero se llenó de ira, acostumbrado a reaccionar violentamente, sacó su espada para decapitarlo, pero cuando estaba a punto de hacerlo, el anciano le dijo: ¿Te das cuenta? esta es la puerta del infierno. Tu ira, orgullo, ego y vanagloria, solo pueden conducirte a ese lugar. Al escuchar esto el joven se sintió avergonzado, guardó su espada y pidió disculpas. En ese memento el anciano le volvió a hablar, le dijo: ¿Ves ahora? encontraste la puerta del cielo. ¿Cuál? preguntó el joven con asombro. Con una sonrisa el anciano le respondió: la humildad es la puerta que nos lleva a reconocer que cometemos errores y además arrepentirnos por ellos, esta actitud solo puede conducirte a ese lugar.
Definitivamente el orgullo es una de las peores cartas de presentación. Orar a Dios creyendo que nos escucha por la calidad y el peso de nuestras obras es un error.
El guerrero se presentó exponiendo sus logros personales, pero lejos de impresionar al sabio anciano, él le respondió algo que de inmediato sacó a la luz el orgullo que guardaba en su corazón
Pero cuando nuestra carta de presentación es la humildad, reconociendo que hemos fallado, que hemos cometido errores, seguramente estaremos más cerca de buscar a Jesús, el único camino la verdad y la vida. Él es la puerta de nuestra salvación.
Salmos 138:6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
Te animo a presentarte delante de Jesús con humildad de corazón, deja que su gracia y misericordia fluyan en ti, reconoce que necesitas de El en cada momento de su vida, entonces sí, al igual que el joven guerrero, habrás encontrado la puerta del cielo.
CAMBIAR EL MUNDO
Cuando era joven y mi imaginación no tenía límites, soñaba con cambiar el mundo. Según fui haciéndome mayor, pensé que no había modo de cambiar el mundo, así que me propuse un objetivo más modesto e intenté cambiar solo mi país. Pero con el tiempo me pareció también imposible. Cuando llegué a la vejez, me conformé con intentar cambiar a mi familia, a los más cercanos a mí. Pero tampoco conseguí casi nada. Ahora, en mi lecho de muerte, de repente he comprendido una cosa: Si hubiera empezado por intentar cambiarme a mí mismo, tal vez mi familia habría seguido mi ejemplo y habría cambiado, y con su inspiración y aliento quizá habría sido capaz de cambiar mi país y quien sabe tal vez incluso hubiera podido cambiar el mundo.
COMPARTIR
En una ocasión, por la tarde, un hombre vino a nuestra casa, para contarnos el caso de una familia hindú de ocho hijos. No habían comido desde hacía ya varios días. Nos pedía que hiciéramos algo por ellos. De modo que tomé algo de arroz y me fui a verlos. Vi cómo brillaban los ojos de los niños a causa del hambre. La madre tomó el arroz de mis manos, lo dividió en dos partes y salió. Cuando regresó le pregunté: qué había hecho con una de las dos raciones de arroz. Me respondió: "Ellos también tienen hambre". Sabía que los vecinos de la puerta de al lado, musulmanes, tenían hambre. Quedé más sorprendida de su preocupación por los demás que por la acción en sí misma. En general, cuando sufrimos y cuando nos encontramos en una grave necesidad no pensamos en los demás. Por el contrario, esta mujer maravillosa, débil, pues no había comido desde hacía varios días, había tenido el valor de amar y de dar a los demás, tenía el valor de compartir. Frecuentemente me preguntan cuándo terminará el hambre en el mundo. Yo respondo: Cuando aprendamos a compartir". Cuanto más tenemos, menos damos. Cuanto menos tenemos, más podemos dar.
NO TE QUEDES CALLADO
No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives, traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en Dios. 1 Timoteo 4:12
Un joven de apenas 15 años estaba en el autobús cuando sintió que Dios tocó su corazón, se levantó de su asiento y comenzó a hablar en voz alta a los pasajeros sobre la venida de Cristo, enseguida un hombre que estaba sentado detrás le gritó:
Cállate y siéntate! el joven se sentó avergonzado.
De pronto volvió a sentir que Dios le pedía que volviera a decir las mismas palabras, el hombre amenazó con darle una paliza si no se sentaba y callaba; entonces el joven de nuevo se detuvo. Pero sintió una vez más que Dios le motivaba a hacer lo mismo, se puso de pie y gritó que Jesús se acercaba.
El hombre que lo había amenazado tenía un niño en su regazo, se levantó y fue hacia el joven para atacarlo, cuando su pequeño niño le dijo:
Papá no lo golpees, no hagas eso papá. ¡Él es un enviado de Dios!
El hombre se puso a llorar y el joven le preguntó:
¿Por qué llora señor?, con lágrimas en su rostro, arrodillado y abrazando a su hijo le respondió:
¡Mi pequeño era mudo y ahora está hablando!
Cuando decidimos recibir a Jesús como nuestro Salvador y comenzamos a dar nuestros primeros pasos como cristianos, no sentimos vergüenza en compartir con otras personas lo que Dios hizo y sigue haciendo en nuestras vidas. Lo que sucede muchas veces, es que al pasar el tiempo vamos perdiendo la pasión y solo lo hacemos por compromiso y costumbre, ya no como las hacíamos en un principio.
El amor es una decisión y no un sentimiento, por esa razón es que no debemos permitir que nada ni nadie apague ese fuego ardiente que recibimos cuando decidimos seguir a Jesús; cada día debemos anhelar conocerlo más y agradarle en todo lo que hagamos.
Si te identificaste con esta reflexión, te animo a pedirle a Dios que te de un nuevo fervor para servirlo con amor y gratitud, de modo que puedas cumplir con la gran comisión que El nos encomendó: “Ir y hacer discípulos a todas las naciones”, llevando un mensaje de esperanza y salvación a todos aquellos que creen que ya no tienen una razón de vivir.
Jamás permitas que nadie te impida hablar de Dios o compartir de su amor a otras personas, porque mientras lo hagas, El estará obrando y haciendo milagros a través de ti, aún sin que te des cuenta.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Romanos 1:16
Un joven de apenas 15 años estaba en el autobús cuando sintió que Dios tocó su corazón, se levantó de su asiento y comenzó a hablar en voz alta a los pasajeros sobre la venida de Cristo, enseguida un hombre que estaba sentado detrás le gritó:
Cállate y siéntate! el joven se sentó avergonzado.
De pronto volvió a sentir que Dios le pedía que volviera a decir las mismas palabras, el hombre amenazó con darle una paliza si no se sentaba y callaba; entonces el joven de nuevo se detuvo. Pero sintió una vez más que Dios le motivaba a hacer lo mismo, se puso de pie y gritó que Jesús se acercaba.
El hombre que lo había amenazado tenía un niño en su regazo, se levantó y fue hacia el joven para atacarlo, cuando su pequeño niño le dijo:
Papá no lo golpees, no hagas eso papá. ¡Él es un enviado de Dios!
El hombre se puso a llorar y el joven le preguntó:
¿Por qué llora señor?, con lágrimas en su rostro, arrodillado y abrazando a su hijo le respondió:
¡Mi pequeño era mudo y ahora está hablando!
Cuando decidimos recibir a Jesús como nuestro Salvador y comenzamos a dar nuestros primeros pasos como cristianos, no sentimos vergüenza en compartir con otras personas lo que Dios hizo y sigue haciendo en nuestras vidas. Lo que sucede muchas veces, es que al pasar el tiempo vamos perdiendo la pasión y solo lo hacemos por compromiso y costumbre, ya no como las hacíamos en un principio.
El amor es una decisión y no un sentimiento, por esa razón es que no debemos permitir que nada ni nadie apague ese fuego ardiente que recibimos cuando decidimos seguir a Jesús; cada día debemos anhelar conocerlo más y agradarle en todo lo que hagamos.
Si te identificaste con esta reflexión, te animo a pedirle a Dios que te de un nuevo fervor para servirlo con amor y gratitud, de modo que puedas cumplir con la gran comisión que El nos encomendó: “Ir y hacer discípulos a todas las naciones”, llevando un mensaje de esperanza y salvación a todos aquellos que creen que ya no tienen una razón de vivir.
Jamás permitas que nadie te impida hablar de Dios o compartir de su amor a otras personas, porque mientras lo hagas, El estará obrando y haciendo milagros a través de ti, aún sin que te des cuenta.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree. Romanos 1:16
PENSAMIENTO
Debido a la majestad del poder y el amor de Dios, nuestro único deber es someternos a su autoridad. Al seguir sus planes, no los nuestros, tendremos una relación llena de amor con El y le serviremos con todo el corazón.
SU GRACIA ES SUFICIENTE
Al iniciar nuestra vida cristiana, nos encontramos con dos conceptos que no llegamos a comprender claramente, éstos son:
Misericordia, gracias a ella, no recibimos el castigo que merecíamos a causa del pecado.
Gracia, es un regalo inmerecido. Recibimos de esta manera la salvación, el perdón de nuestros pecados, vida abundante y una eternidad en el cielo.
Por ejemplo, si te encuentras manejando un auto a alta velocidad y un policía te para y levanta una infracción, esto sería algo justo. Pero si te detiene y perdona tu falta, podríamos decir que obró con misericordia. En cambio si te para y levanta la infracción, pero él mismo paga la multa, ya estaríamos en el terreno de la gracia.
El mejor ejemplo que tenemos en la Biblia para entender la misericordia y la gracia de Dios, es la vida de Pablo. Él merecía morir por haber matado a muchos cristianos, pero fue la misericordia y la gracia de Dios quien le devolvió la vista y le dio el privilegio de predicar su evangelio.
Estas son sus palabras: “Para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.
En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez Él me decía: “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 corintios 12: 7-10)
Los teólogos no se ponen de acuerdo, en relación a cuál era la “espina” o el “aguijón” en la carne. Algunos dicen que como Pablo era soltero, seguramente lucharía con tentaciones carnales. En cambio otros argumentan que era la persecución de sus múltiples enemigos, mientras que otro grupo asegura que se trataba de una enfermedad, posiblemente en su vista.
Si Dios pudo perdonar a Pablo y usarlo para extender su reino, ¿no crees que también podría usarte a ti? Sin importar lo que hayas hecho en el pasado, aún Dios puede darte la oportunidad de servirlo. El quiere y tiene el poder de transformar cada área de tu ser, además usar tus errores para que sean ejemplo para otros; de modo que con tu testimonio, puedas impactar la vida de muchas personas.
¿Dices cosas que luego lamentas, o haces cosas que luego cuestionas? ¿Por qué Dios no me hace más como Él? Si; lo hace, solo que todavía no ha concluido contigo. Hasta que no termine, su gracia es suficiente para vencer tus defectos.
La gracia de Dios todavía es suficiente para concluir lo que empezó.
Misericordia, gracias a ella, no recibimos el castigo que merecíamos a causa del pecado.
Gracia, es un regalo inmerecido. Recibimos de esta manera la salvación, el perdón de nuestros pecados, vida abundante y una eternidad en el cielo.
Por ejemplo, si te encuentras manejando un auto a alta velocidad y un policía te para y levanta una infracción, esto sería algo justo. Pero si te detiene y perdona tu falta, podríamos decir que obró con misericordia. En cambio si te para y levanta la infracción, pero él mismo paga la multa, ya estaríamos en el terreno de la gracia.
El mejor ejemplo que tenemos en la Biblia para entender la misericordia y la gracia de Dios, es la vida de Pablo. Él merecía morir por haber matado a muchos cristianos, pero fue la misericordia y la gracia de Dios quien le devolvió la vista y le dio el privilegio de predicar su evangelio.
Estas son sus palabras: “Para impedir que me volviera orgulloso, se me dio una espina en mi carne, un mensajero de Satanás para atormentarme e impedir que me volviera orgulloso.
En tres ocasiones distintas, le supliqué al Señor que me la quitara. Cada vez Él me decía: “Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad”. Así que ahora me alegra jactarme de mis debilidades, para que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí. Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, cuando soy débil, entonces soy fuerte. (2 corintios 12: 7-10)
Los teólogos no se ponen de acuerdo, en relación a cuál era la “espina” o el “aguijón” en la carne. Algunos dicen que como Pablo era soltero, seguramente lucharía con tentaciones carnales. En cambio otros argumentan que era la persecución de sus múltiples enemigos, mientras que otro grupo asegura que se trataba de una enfermedad, posiblemente en su vista.
Si Dios pudo perdonar a Pablo y usarlo para extender su reino, ¿no crees que también podría usarte a ti? Sin importar lo que hayas hecho en el pasado, aún Dios puede darte la oportunidad de servirlo. El quiere y tiene el poder de transformar cada área de tu ser, además usar tus errores para que sean ejemplo para otros; de modo que con tu testimonio, puedas impactar la vida de muchas personas.
¿Dices cosas que luego lamentas, o haces cosas que luego cuestionas? ¿Por qué Dios no me hace más como Él? Si; lo hace, solo que todavía no ha concluido contigo. Hasta que no termine, su gracia es suficiente para vencer tus defectos.
La gracia de Dios todavía es suficiente para concluir lo que empezó.
Friday, September 27, 2013
¿ESTAS CANSADO DE LLEVAR TUS CARGAS?
Ana era una mujer estéril, pero anhelaba tener un hijo. Ella no era la única mujer de su esposo, la otra se llamaba Penina. Como esta tenía varios hijos se burlaba de Ana por su condición de estéril. Por esta causa, Ana vivía en aflicción, tal era su tristeza que ni siquiera tenía deseos de comer.
“Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos”. 1 Samuel 1:6
Un día ella fue al templo angustiada en gran manera, oró a Dios y le pidió con todo su ser que le diera un hijo, prometiéndole que si así lo hacía, se lo iba a dedicar a El.
“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza”. 1 Samuel 1:10-11
Muchos de nosotros tenemos pruebas y aflicciones que pensamos que nunca vamos a resolver. Y aunque curiosamente decimos “lo he dejado en las manos de Dios”, sin embargo, esta no parece ser la realidad, dado que seguimos sufriendo y tratando de resolver la situación con nuestras propias fuerzas.
Cuando Dios nos dice hijo mío dame tu carga que yo te la llevaré, pareciera que le respondiéramos: “no Señor no te preocupes yo puedo llevarlo solo”, y seguimos nosotros mismos llevando una carga que no debiéramos llevar.
En cambio Ana hizo lo correcto, si hay un lugar donde nuestras lágrimas tienen valor, es en la presencia de Dios. Luego de orar, ella entregó sus cargas al Señor y se fue tranquila sabiendo que El la había escuchado y por lo tanto la iba a ayudar.
…Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. 1 Samuel 1:18
Ana es un ejemplo de fe puesto que ella confió en Dios sus aflicciones y una vez que volcó su corazón delante de Dios, nunca más estuvo triste, por lo cual recibió la recompensa de tanta fe y confianza.
“Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová”. 1 Samuel 1:20
Ya no tienes que llevar tus cargas, entrégalas a quien al igual que Ana, puede transformar tu tristeza y fracaso en una resonante victoria.
No le digas a Dios lo grande que es tu problema, mas bien dile a tu problema que grande es tu Dios, el que te da la victoria.
“Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos”. 1 Samuel 1:6
Un día ella fue al templo angustiada en gran manera, oró a Dios y le pidió con todo su ser que le diera un hijo, prometiéndole que si así lo hacía, se lo iba a dedicar a El.
“Ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza”. 1 Samuel 1:10-11
Muchos de nosotros tenemos pruebas y aflicciones que pensamos que nunca vamos a resolver. Y aunque curiosamente decimos “lo he dejado en las manos de Dios”, sin embargo, esta no parece ser la realidad, dado que seguimos sufriendo y tratando de resolver la situación con nuestras propias fuerzas.
Cuando Dios nos dice hijo mío dame tu carga que yo te la llevaré, pareciera que le respondiéramos: “no Señor no te preocupes yo puedo llevarlo solo”, y seguimos nosotros mismos llevando una carga que no debiéramos llevar.
En cambio Ana hizo lo correcto, si hay un lugar donde nuestras lágrimas tienen valor, es en la presencia de Dios. Luego de orar, ella entregó sus cargas al Señor y se fue tranquila sabiendo que El la había escuchado y por lo tanto la iba a ayudar.
…Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. 1 Samuel 1:18
Ana es un ejemplo de fe puesto que ella confió en Dios sus aflicciones y una vez que volcó su corazón delante de Dios, nunca más estuvo triste, por lo cual recibió la recompensa de tanta fe y confianza.
“Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová”. 1 Samuel 1:20
Ya no tienes que llevar tus cargas, entrégalas a quien al igual que Ana, puede transformar tu tristeza y fracaso en una resonante victoria.
No le digas a Dios lo grande que es tu problema, mas bien dile a tu problema que grande es tu Dios, el que te da la victoria.
REFLEXIÓN
Dios todo lo sabe, y está al frente de los acontecimientos del mundo. El gobierna y retira a los líderes rebeldes que lo desafían. Dios derrotará al mal; nadie está exento. Librará a los fieles que lo sigan.
A pesar de que las naciones ahora contienden por el control del mundo,un día el Reino de Cristo reemplazará y superará a los reinos de este mundo. Nuestra fe está segura debido a que nuestro futuro está seguro en Cristo. Debemos tener valor y depositar nuestra fe en Dios quien está al frente de todo.Amén
A pesar de que las naciones ahora contienden por el control del mundo,un día el Reino de Cristo reemplazará y superará a los reinos de este mundo. Nuestra fe está segura debido a que nuestro futuro está seguro en Cristo. Debemos tener valor y depositar nuestra fe en Dios quien está al frente de todo.Amén
DIOS GUIARÁ TU CAMINO
De acuerdo a un artículo, el Sr. Henry Ford pidió a unos ingenieros que pusieran las transmisiones del automóvil, modelo T, en unas cajas de ciertas medidas. Él les dio medidas meticulosas e instrucciones específicas acerca de los materiales para construir dichas cajas. Los ingenieros estaban muy confundidos, pero hicieron lo que se les había pedido.
Cuando las transmisiones fueron entregadas, los trabajadores de la planta desarmaron las cajas y las usaron como tablas para el piso. ¡El Sr. Ford pensaba por adelantado! Eso es lo que hace Dios. Él sabe lo que necesitamos antes que se lo pidamos.
Nosotros no entendemos todo sus caminos, tal como los ingenieros no entendían porqué el Sr. Ford requería unas cajas tan específicas. Por ello, nosotros no vivimos basándonos en nuestro propio entendimiento, sino en sus promesas.
¿Estás viviendo alguna situación que no puedes entender? Lea Proverbios 3:5-6 y confíe en la promesa de que Él guiará su camino.
Cuando las transmisiones fueron entregadas, los trabajadores de la planta desarmaron las cajas y las usaron como tablas para el piso. ¡El Sr. Ford pensaba por adelantado! Eso es lo que hace Dios. Él sabe lo que necesitamos antes que se lo pidamos.
Nosotros no entendemos todo sus caminos, tal como los ingenieros no entendían porqué el Sr. Ford requería unas cajas tan específicas. Por ello, nosotros no vivimos basándonos en nuestro propio entendimiento, sino en sus promesas.
¿Estás viviendo alguna situación que no puedes entender? Lea Proverbios 3:5-6 y confíe en la promesa de que Él guiará su camino.
Thursday, September 26, 2013
SI QUIERES QUE TE AMEN, AMA
A mis papás:
Tengo grabada la respuesta de mi papá. Hace unos días celebramos, con una cena en familia, los 50 años de casados de mis papás. Fueron momentos felices, de esos en los que uno le da gracias a la vida por tantas bendiciones.
A la hora del café, Macarena, una de mis cuñadas, le pregunta a mis papás qué consejo nos darían a quienes aspiramos a cumplir tantos años de casados, tan compenetrados como ellos lo están. Mi mamá contestó que era cuestión de construir poco a poco, y cada día, los pilares que sostienen el matrimonio, como el amor, la tolerancia y la comprensión. Mi papá, que es de pocas palabras, sólo dijo: si quieres ser feliz, haz feliz a tu pareja.
Si quieres que te amen, ama. Este concepto retumbó en mi cerebro, y sigue haciendo eco con mucha frecuencia, ya que es aplicable no sólo con nuestra pareja, sino en cualquier campo y tipo de relación humana. Si observamos, ¿por qué al ver un bebé que nos sonríe, de inmediato compra nuestro corazón? o ¿por qué nos gana nuestro perro cuando llegamos a casa y al vernos, ladra y se alborota como si fuéramos el único ser viviente sobre la Tierra? Si criaturas tan inocentes lo saben y lo hacen por algún instinto divino, ¿por qué no lo hacemos nosotros?
Si sólo mostráramos interés y cariño por los demás, en un mes ganaríamos más amigos de los que ganaríamos en un año. Pero estamos muy ocupados. ¿Cuántas veces hemos estado dispuestos a hacerlo? Hablamos de nuestros logros, de nuestras cualidades, de lo bien que va nuestro negocio, de lo inteligentes que son nuestros hijos... Y lo único que ganamos es quedar muy bien ante nosotros mismos. Nada más.
La realidad es, por cruda que sea, que los otros no se interesan por mí, ni por usted. Se interesan por ellos mismos. ¡Todos nos interesamos primero por nosotros mismos! Recordemos que tenemos un gran ego. ¿Sabía usted que la Compañía Telefónica en Nueva York realizó un detallado estudio de las conversaciones por teléfono y comprobó que la palabra "yo" es la que se usa con más frecuencia? En 500 conversaciones telefónicas se utilizó 3 mil 990 veces "yo, yo, yo, yo".
Cuando vemos una fotografía de grupo en la que salimos, ¿a quién vemos primero? Alfred Adler, el famoso psicólogo vienés, escribió: "El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos". ¡Y cuán cierto es!
Cuentan que a Ghandi, al bajarse del tren en que viajaba, se le salió una de sus sandalias y fue a parar en medio de la vía. Como el tren estaba en movimiento, no la pudo rescatar. Para el asombro de sus compañeros, tranquilamente se quitó la otra y la lanzó de manera que quedara junto a la anterior. Cuando un acompañante le preguntó por qué lo hacía, Ghandi sonrió. "El pobre hombre que se encuentre ese zapato sobre la vía", respondió, "ahora tendrá un par para usar". Usted o yo, ¿haríamos lo mismo? Usted dirá... ¡claro, es Ghandi!
Sin embargo, podemos reducir su filosofía a la misma frase que titula esta colaboración. No hay vuelta de hoja. Si quieres que te amen, ama. Si queremos obtener amigos, o estrechar más los lazos, dediquémonos a tener pequeños detalles hacia ellos, a hacer cosas por los demás, cosas que requieran entrega, tiempo, energía, altruismo... Si quiero a las personas, se los demuestro siendo cortés y amable con ellas. Bueno, hasta con un sencillo saludo.
Recuerdo a mi querida amiga Pachela. Toda la gente que la conoció hablaba maravillas de ella, y le caía bien a todo el mundo. ¿Su secreto? Siempre se interesó por los demás y nos hacía sentir especial a cada una de sus 500 mejores amigas. Si la encontrábamos en la calle, nos saludaba como si fuéramos "rock stars". Parecía que no nos había visto en años, aunque la hubiéramos visto la semana anterior. También recuerdo cuando, hace poco, pasé mi cumpleaños en un curso fuera de mi casa, rodeada de extraños. A la hora de la cena, ¡todos cantaron, unas lindas señoras trajeron un pastel que habían ido a comprar al pueblo, me regalaron una tarjeta muy escogida y firmada por mis compañeros!
Después de quedar totalmente conmovida, con remordimiento pensé que yo nunca hubiera hecho algo así. ¡Qué horror! Recordemos lo que señaló Publio Syro, un poeta romano de antes de Cristo: "Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros". Quizá porque me falta hacerlo, la frase dicha por mi papá sigue retumbando en mi cabeza: Si Quieres Que Te amen, ama.
Tengo grabada la respuesta de mi papá. Hace unos días celebramos, con una cena en familia, los 50 años de casados de mis papás. Fueron momentos felices, de esos en los que uno le da gracias a la vida por tantas bendiciones.
A la hora del café, Macarena, una de mis cuñadas, le pregunta a mis papás qué consejo nos darían a quienes aspiramos a cumplir tantos años de casados, tan compenetrados como ellos lo están. Mi mamá contestó que era cuestión de construir poco a poco, y cada día, los pilares que sostienen el matrimonio, como el amor, la tolerancia y la comprensión. Mi papá, que es de pocas palabras, sólo dijo: si quieres ser feliz, haz feliz a tu pareja.
Si quieres que te amen, ama. Este concepto retumbó en mi cerebro, y sigue haciendo eco con mucha frecuencia, ya que es aplicable no sólo con nuestra pareja, sino en cualquier campo y tipo de relación humana. Si observamos, ¿por qué al ver un bebé que nos sonríe, de inmediato compra nuestro corazón? o ¿por qué nos gana nuestro perro cuando llegamos a casa y al vernos, ladra y se alborota como si fuéramos el único ser viviente sobre la Tierra? Si criaturas tan inocentes lo saben y lo hacen por algún instinto divino, ¿por qué no lo hacemos nosotros?
Si sólo mostráramos interés y cariño por los demás, en un mes ganaríamos más amigos de los que ganaríamos en un año. Pero estamos muy ocupados. ¿Cuántas veces hemos estado dispuestos a hacerlo? Hablamos de nuestros logros, de nuestras cualidades, de lo bien que va nuestro negocio, de lo inteligentes que son nuestros hijos... Y lo único que ganamos es quedar muy bien ante nosotros mismos. Nada más.
La realidad es, por cruda que sea, que los otros no se interesan por mí, ni por usted. Se interesan por ellos mismos. ¡Todos nos interesamos primero por nosotros mismos! Recordemos que tenemos un gran ego. ¿Sabía usted que la Compañía Telefónica en Nueva York realizó un detallado estudio de las conversaciones por teléfono y comprobó que la palabra "yo" es la que se usa con más frecuencia? En 500 conversaciones telefónicas se utilizó 3 mil 990 veces "yo, yo, yo, yo".
Cuando vemos una fotografía de grupo en la que salimos, ¿a quién vemos primero? Alfred Adler, el famoso psicólogo vienés, escribió: "El individuo que no se interesa por sus semejantes es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos". ¡Y cuán cierto es!
Cuentan que a Ghandi, al bajarse del tren en que viajaba, se le salió una de sus sandalias y fue a parar en medio de la vía. Como el tren estaba en movimiento, no la pudo rescatar. Para el asombro de sus compañeros, tranquilamente se quitó la otra y la lanzó de manera que quedara junto a la anterior. Cuando un acompañante le preguntó por qué lo hacía, Ghandi sonrió. "El pobre hombre que se encuentre ese zapato sobre la vía", respondió, "ahora tendrá un par para usar". Usted o yo, ¿haríamos lo mismo? Usted dirá... ¡claro, es Ghandi!
Sin embargo, podemos reducir su filosofía a la misma frase que titula esta colaboración. No hay vuelta de hoja. Si quieres que te amen, ama. Si queremos obtener amigos, o estrechar más los lazos, dediquémonos a tener pequeños detalles hacia ellos, a hacer cosas por los demás, cosas que requieran entrega, tiempo, energía, altruismo... Si quiero a las personas, se los demuestro siendo cortés y amable con ellas. Bueno, hasta con un sencillo saludo.
Recuerdo a mi querida amiga Pachela. Toda la gente que la conoció hablaba maravillas de ella, y le caía bien a todo el mundo. ¿Su secreto? Siempre se interesó por los demás y nos hacía sentir especial a cada una de sus 500 mejores amigas. Si la encontrábamos en la calle, nos saludaba como si fuéramos "rock stars". Parecía que no nos había visto en años, aunque la hubiéramos visto la semana anterior. También recuerdo cuando, hace poco, pasé mi cumpleaños en un curso fuera de mi casa, rodeada de extraños. A la hora de la cena, ¡todos cantaron, unas lindas señoras trajeron un pastel que habían ido a comprar al pueblo, me regalaron una tarjeta muy escogida y firmada por mis compañeros!
Después de quedar totalmente conmovida, con remordimiento pensé que yo nunca hubiera hecho algo así. ¡Qué horror! Recordemos lo que señaló Publio Syro, un poeta romano de antes de Cristo: "Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros". Quizá porque me falta hacerlo, la frase dicha por mi papá sigue retumbando en mi cabeza: Si Quieres Que Te amen, ama.
MOSTRAR FAVORITISMO
1.Es contrario a las enseñanzas de Cristo.
2.Es el producto de malos pensamientos
3.Menosprecia a las personas creadas a la imagen de Dios.
4.Es una de las consecuencias de motivos egoístas.
5.Va en contra de la definición bíblica del amor.
6. Muestra falta de misericordia con los menos afortunados.
7.Es hipocresía.
8.Es pecado.
2.Es el producto de malos pensamientos
3.Menosprecia a las personas creadas a la imagen de Dios.
4.Es una de las consecuencias de motivos egoístas.
5.Va en contra de la definición bíblica del amor.
6. Muestra falta de misericordia con los menos afortunados.
7.Es hipocresía.
8.Es pecado.
REFLEXIONES
1
Pensar solamente en las propias necesidades empequeñece a las personas y las hace estrechas de miras. En cambio, lo que las engrandece es tener en cuenta a los demás, orar por ellos, ayudarlos y practicar la generosidad.—María Fontaine
2
Nos preparamos para emprender la carrera de la vida. Ponemos nuestros ojos en Cristo, la meta, para no desfallecer. Cuando lo hagamos, ganaremos un premio en el Reino de Cristo.
Vivir la vida cristiana exige todas nuestras energías.
Podemos olvidar el pasado y extendernos a la meta porque sabemos que Cristo nos ha prometido la vida eterna con Él cuando termine la carrera.
PENSAMIENTOS
1
Los momentos determinantes de la vida desde nuestro primer aliento hasta nuestros mayores logros requiere cierto esfuerzo. Somos lo que somos hoy en día, porque hemos combatido hasta alcanzar numerosas victorias, y seguiremos venciendo siempre que sigamos luchando.
2
Cristo es la antítesis de los valores que prevalecen en la sociedad, como la falsedad y el egocentrismo, porque; El es la verdad y el amor en persona. Por lo tanto, todo el que afirma que es fiel a El debe estar dedicado a esos ideales: seguir y vivir la verdad, reflejar amor y actuar con amor a los demás. La verdad y el amor son esenciales para el cristianismo y son inseparables en la vida cristiana. A medida que usted reflexione, propóngase una vez más el ser una persona de verdad, de amor y de obediencia al Señor. Amén
¿SABES QUE TIENES ALAS?
Tenemos sueños, queremos resultados, pero no estamos dispuestos a correr riesgos, nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible.
¿Sabes que puedes volar? ¿Y que es volar?
Es comenzar por tener un sueño. Es estar comprometido con los sueños. Es tener confianza en si mismo. Es aceptar lo que no se puede cambiar.
Es saber cambiar el tiempo.
Es volver a empezar.
Es reconocerme en mis logros.
Es reconocer que me equivoqué y pedir perdón.
Es reconocer que detrás de cada acierto puede haber muchos fracasos.
Es enamorarse de lo que uno hace.
Es no postergar y hacer algo ahora.
Es darse cuenta de que estás eligiendo a cada momento.
Es reconocer las propias debilidades y fortalezas.
Es no parar jamás hasta conseguir los sueños.
Es saber con que fin hacemos las cosas.
Es no mirar hacia atrás.
Es actuar con entusiasmo.
Es transitar caminos desconocidos.
Es probar hacer algo que nunca hicimos.
Es probar hacer algo de una manera diferente.
Es saber que no estamos solos.
Es no rendirse jamás.
Es disfrutar de cada momento
Es disfrutar del tiempo libre.
Es accionar ya.
Es inventar un nuevo paso de baile cuando el anterior no funciona. Es pensar en positivo.
Es tener las metas claras.
Es tener perseverancia en la búsqueda que deseas.
Es estar preparado para ver la oportunidad.
Es desarrollar la creatividad.
Es utilizar la imaginación.
Es recomenzar con el mismo entusiasmo.
Es tener la paciencia necesaria.
Es tener claridad en el propósito.
Es dejar una huella para que otros puedan seguirla.
Es arriesgar. Es hacer cosas nuevas todos los días.
Autor desconocido
¿Sabes que puedes volar? ¿Y que es volar?
Es comenzar por tener un sueño. Es estar comprometido con los sueños. Es tener confianza en si mismo. Es aceptar lo que no se puede cambiar.
Es saber cambiar el tiempo.
Es volver a empezar.
Es reconocerme en mis logros.
Es reconocer que me equivoqué y pedir perdón.
Es reconocer que detrás de cada acierto puede haber muchos fracasos.
Es enamorarse de lo que uno hace.
Es no postergar y hacer algo ahora.
Es darse cuenta de que estás eligiendo a cada momento.
Es reconocer las propias debilidades y fortalezas.
Es no parar jamás hasta conseguir los sueños.
Es saber con que fin hacemos las cosas.
Es no mirar hacia atrás.
Es actuar con entusiasmo.
Es transitar caminos desconocidos.
Es probar hacer algo que nunca hicimos.
Es probar hacer algo de una manera diferente.
Es saber que no estamos solos.
Es no rendirse jamás.
Es disfrutar de cada momento
Es disfrutar del tiempo libre.
Es accionar ya.
Es inventar un nuevo paso de baile cuando el anterior no funciona. Es pensar en positivo.
Es tener las metas claras.
Es tener perseverancia en la búsqueda que deseas.
Es estar preparado para ver la oportunidad.
Es desarrollar la creatividad.
Es utilizar la imaginación.
Es recomenzar con el mismo entusiasmo.
Es tener la paciencia necesaria.
Es tener claridad en el propósito.
Es dejar una huella para que otros puedan seguirla.
Es arriesgar. Es hacer cosas nuevas todos los días.
Autor desconocido
NO DETENGAS TU PASO
Piensa que cada día es el más importante y entrégale tu fuerza
y tus deseos.
Lo que hoy no conseguiste, con ánimo y cariño podrás lograr mañana.
No bajes la mirada, y habrá siempre una estrella, un sueño que seguir, una esperanza.
Sí alguna vez tus sueño se derrumba busca un poco de luz en tu ventana, prométete a ti mismo un arco iris y vuelve a comenzar.
No te detengas, construye nuevos sueños.
Piensa siempre que en tu camino; nada es imposible.
Autor Desconocido
y tus deseos.
Lo que hoy no conseguiste, con ánimo y cariño podrás lograr mañana.
No bajes la mirada, y habrá siempre una estrella, un sueño que seguir, una esperanza.
Sí alguna vez tus sueño se derrumba busca un poco de luz en tu ventana, prométete a ti mismo un arco iris y vuelve a comenzar.
No te detengas, construye nuevos sueños.
Piensa siempre que en tu camino; nada es imposible.
Autor Desconocido
SALMO 147:5
Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.
A veces nos sentimos como si no nos entendiéramos a nosotros mismos, en que andamos mal o que debemos hacer al respecto. Pero el entendimiento de Dios es ilimitado y por lo tanto El nos comprende por completo. Si se siente confundido y no se entiende a sí mismo, recuerde que Dios lo comprende perfectamente. Deje de pensar en sí mismo y piense en Dios. Esfuércese para ser cada vez más como El. Mientras más aprenda de Dios y de sus caminos, mejor se entenderá. Amén
A veces nos sentimos como si no nos entendiéramos a nosotros mismos, en que andamos mal o que debemos hacer al respecto. Pero el entendimiento de Dios es ilimitado y por lo tanto El nos comprende por completo. Si se siente confundido y no se entiende a sí mismo, recuerde que Dios lo comprende perfectamente. Deje de pensar en sí mismo y piense en Dios. Esfuércese para ser cada vez más como El. Mientras más aprenda de Dios y de sus caminos, mejor se entenderá. Amén
PENSAMIENTO
Mi buen Dios, no dejes que mi fe se debilite, ha de mí un operario ideal para trabajar en tu plantación. Ayúdame a valorizar tu llamado para hacer tu servicio. Enséñame también a confiar en tus promesas, para tener fuerzas para soportar las persecuciones por causa de tu Reino.
BUSCATE UN AMIGO
No es preciso que sea perfecto, basta que sea profundamente humano, que tenga sentimientos y un buen corazón. Que sepa compartir dolores y alegrías, hablar y saber callar, pero sobre todo saber escuchar. Que guste de la poesía, de la música, del sol y de la luna, que sienta un gran amor por la vida, que sepa guardar un secreto.
Tu amigo debe saber tus días tristes y respetarlos, ha de tener un ideal y el deseo de integrarse al mundo porque comprende el inmenso vacío de los solitarios; debe gustar de la sencillez de los niños, sentir pena de los que tuvieron y perdieron cosa queridas, ser quijote sin menospreciar a sancho.
Búscate un amigo para pasear, disfrutar de la naturaleza, deleitare con la música, leer, sentir a un ser humano. Búscate un amigo para poder contar lo que se vio de lo bello y triste durante el día, los gustos, las angustias y alegrías. Un amigo que sepa conversar de cosas simples, el rocío, de la lluvia, las estrellas y los recuerdos de la infancia y sobre todo de cosas intimas.
Búscate un amigo que no tenga miedo de decirte un defecto y cuando lo haga, sepa cómo hacerlo. Búscate un amigo que te diga que vale la pena vivir, un amigo que crea en ti. Búscate un amigo para tener conciencia de que todavía estas vivo. Pero sobre todo, búscate un amigo que de la mano te lleve a DIOS.
Autor Desconocido
Tu amigo debe saber tus días tristes y respetarlos, ha de tener un ideal y el deseo de integrarse al mundo porque comprende el inmenso vacío de los solitarios; debe gustar de la sencillez de los niños, sentir pena de los que tuvieron y perdieron cosa queridas, ser quijote sin menospreciar a sancho.
Búscate un amigo para pasear, disfrutar de la naturaleza, deleitare con la música, leer, sentir a un ser humano. Búscate un amigo para poder contar lo que se vio de lo bello y triste durante el día, los gustos, las angustias y alegrías. Un amigo que sepa conversar de cosas simples, el rocío, de la lluvia, las estrellas y los recuerdos de la infancia y sobre todo de cosas intimas.
Búscate un amigo que no tenga miedo de decirte un defecto y cuando lo haga, sepa cómo hacerlo. Búscate un amigo que te diga que vale la pena vivir, un amigo que crea en ti. Búscate un amigo para tener conciencia de que todavía estas vivo. Pero sobre todo, búscate un amigo que de la mano te lleve a DIOS.
Autor Desconocido
SIEMPRE CONTIGO
Si sientes que no puedes lograr algo piensa en el ave que paja a paja hace su nido.
En el sol que alumbra hasta llegar a su destino.
En la planta que lucha por florecer a tiempo pedido.
En la hormiga que carga un pedazo de trigo.
En la roca que es perforada por el constante rocío.
En un niño pequeño que a hablar ha aprendido.
En las viejas cicatrices del alma que con el tiempo han desaparecido.
Y en Dios que en su inmenso amor, siempre estará contigo.
En el sol que alumbra hasta llegar a su destino.
En la planta que lucha por florecer a tiempo pedido.
En la hormiga que carga un pedazo de trigo.
En la roca que es perforada por el constante rocío.
En un niño pequeño que a hablar ha aprendido.
En las viejas cicatrices del alma que con el tiempo han desaparecido.
Y en Dios que en su inmenso amor, siempre estará contigo.
CUANDO LAS DIFICULTADES TE AGOBIEN
Permíteme orar, no para obtener protección contra los peligros,
sino para afrontarlos sin temor.
Permíteme pedir, no alivio a mi dolor,
sino el valor de superarlo.
Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida,
no aliados, sino propia fortaleza.
Permíteme no suplicar, temeroso, por mi salvación,
pero sí tener paciencia para conseguir mi libertad.
Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia en mi triunfo, solamente;
pero deja que; en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.
Autor Desconocido
sino para afrontarlos sin temor.
Permíteme pedir, no alivio a mi dolor,
sino el valor de superarlo.
Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida,
no aliados, sino propia fortaleza.
Permíteme no suplicar, temeroso, por mi salvación,
pero sí tener paciencia para conseguir mi libertad.
Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia en mi triunfo, solamente;
pero deja que; en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.
Autor Desconocido
AYÚDATE QUE YO TE AYUDARÉ
Constantemente escuchamos decir a otros un refrán muy particular: “Dios dice en la Biblia: ¡Ayúdate que yo te ayudaré!”. La idea es que en todos nuestros planes, aún en el marco de la voluntad de Dios, los seres humanos debemos hacer algo para que el plan divino, ligado a nuestros deseos, se cumplan.
De entrada tengo que decir que en ninguna parte de la Biblia está escrito esa frase. NO existe ese refrán en la Biblia. La razón es simple pero a la vez necesita que no se interprete a la ligera el concepto de que Dios no nos necesita para actuar, primero debemos reconocer que Dios es Todopoderoso y no requiere NADA nuestro para moverse a nuestro favor a menos que sea la FE. Tú bien sabes que lo que mueve la mano de Dios es nuestra FE en el. Esto no significa que a Dios acepte nuestra pereza. De acuerdo a esa fe nosotros actuamos.
En la Biblia Tampoco está “A Dios rogando y con el mazo dando”,
Lo que enseña la Escritura es que Dios es bueno y perfecto, tan bondadoso que “hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Mateo 5 45b. Dios está lleno de amor, al punto que su deseo, agradable y perfecto, es “que nadie se pierda”. Esa es la buena voluntad de Dios.
"Ayúdate que yo te ayudaré"—una cita sabia y buena que todo el mundo sabe que es de la Biblia. Pero, de hecho, no lo es. Fue un hombre, no Dios, quien acuñó el conocido (y abusado) proverbio; fue Benjamín Franklin.
De entrada tengo que decir que en ninguna parte de la Biblia está escrito esa frase. NO existe ese refrán en la Biblia. La razón es simple pero a la vez necesita que no se interprete a la ligera el concepto de que Dios no nos necesita para actuar, primero debemos reconocer que Dios es Todopoderoso y no requiere NADA nuestro para moverse a nuestro favor a menos que sea la FE. Tú bien sabes que lo que mueve la mano de Dios es nuestra FE en el. Esto no significa que a Dios acepte nuestra pereza. De acuerdo a esa fe nosotros actuamos.
En la Biblia Tampoco está “A Dios rogando y con el mazo dando”,
Lo que enseña la Escritura es que Dios es bueno y perfecto, tan bondadoso que “hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Mateo 5 45b. Dios está lleno de amor, al punto que su deseo, agradable y perfecto, es “que nadie se pierda”. Esa es la buena voluntad de Dios.
"Ayúdate que yo te ayudaré"—una cita sabia y buena que todo el mundo sabe que es de la Biblia. Pero, de hecho, no lo es. Fue un hombre, no Dios, quien acuñó el conocido (y abusado) proverbio; fue Benjamín Franklin.
Saturday, September 21, 2013
HOY QUIERO REGALARTE
Quiero regalarte...... Amistad, para que cuando tu alma añore un(a) amigo(a), sin pensarlo busques, y ese alguien corra a tu lado.
Sonrisas, para que cuando tus lágrimas escurran tras la cascada de tu mejilla en un día gris, sean las risas las que iluminen tus tristezas.
Grandes sueños, para que cuando en tu mente exista un vacío, sean aquellos bosques cubiertos de invierno los que atrapen la atención de tu pensamiento.
La fuerza de unas manos, para que cuando tus tobillos se cansen, los hombros de alguien te sirvan de fuerza al andar.
Un ramo de abrazos, para que cuando los tropiezos te dificulten el andar, sean los ánimos una esperanza que te ayuden a continuar.
Una estrella joven, para que cada vez que el sol descanse, sea esa fiel luz la que te acompañe.
Un pedacito de humildad, para que cuando los éxitos engrandezcan tu persona, sea la sabiduría el aire mágico que te haga valorar lo que otros desprecian al llegar a una nueva orilla.
Mi cariño sincero, para que cuando sientas que nadie te acompaña, recuerdes que en paisajes verdes o valles áridos mi pensamiento siempre te lleva de la mano.
Un abrazo inmenso, para que cuando necesites sentir tus fuerzas sean éstos, el puerto de tus emociones.
Un par de lágrimas, para que se alberguen entre tu alma y corazón; así, si en algún segundo la soberbia daña tu andar, sea una muestra de sensibilidad ajena la que te ayude a no cometer injusticias.
Hoy quiero desearte... que compartas tus alegrías con los seres que amas, para que cuando creas que caminas en la soledad, mil angelitos resguarden tu mirada.
Hoy quiero obsequiarte... lo más bello que puedas recibir mientras transformas estas líneas en un espejo; donde la ternura que aquí encuentres y donde la belleza que aquí nazca, te de la certeza de que no estás solo(a) la alegría y la satisfacción de servir.
Sonrisas, para que cuando tus lágrimas escurran tras la cascada de tu mejilla en un día gris, sean las risas las que iluminen tus tristezas.
Grandes sueños, para que cuando en tu mente exista un vacío, sean aquellos bosques cubiertos de invierno los que atrapen la atención de tu pensamiento.
La fuerza de unas manos, para que cuando tus tobillos se cansen, los hombros de alguien te sirvan de fuerza al andar.
Un ramo de abrazos, para que cuando los tropiezos te dificulten el andar, sean los ánimos una esperanza que te ayuden a continuar.
Una estrella joven, para que cada vez que el sol descanse, sea esa fiel luz la que te acompañe.
Un pedacito de humildad, para que cuando los éxitos engrandezcan tu persona, sea la sabiduría el aire mágico que te haga valorar lo que otros desprecian al llegar a una nueva orilla.
Mi cariño sincero, para que cuando sientas que nadie te acompaña, recuerdes que en paisajes verdes o valles áridos mi pensamiento siempre te lleva de la mano.
Un abrazo inmenso, para que cuando necesites sentir tus fuerzas sean éstos, el puerto de tus emociones.
Un par de lágrimas, para que se alberguen entre tu alma y corazón; así, si en algún segundo la soberbia daña tu andar, sea una muestra de sensibilidad ajena la que te ayude a no cometer injusticias.
Hoy quiero desearte... que compartas tus alegrías con los seres que amas, para que cuando creas que caminas en la soledad, mil angelitos resguarden tu mirada.
Hoy quiero obsequiarte... lo más bello que puedas recibir mientras transformas estas líneas en un espejo; donde la ternura que aquí encuentres y donde la belleza que aquí nazca, te de la certeza de que no estás solo(a) la alegría y la satisfacción de servir.
SALMO 145:14
Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos.
En ocasiones, nuestras cargas parecen algo más de lo que podemos soportar y nos preguntamos como podremos continuar. El salmista pasaba por esta sombría encrucijada del camino de la vida y señala hacia Dios, el único capaz de llevar todas nuestras cargas. Dios puede llevar nuestras cargas insoportables. Amén
En ocasiones, nuestras cargas parecen algo más de lo que podemos soportar y nos preguntamos como podremos continuar. El salmista pasaba por esta sombría encrucijada del camino de la vida y señala hacia Dios, el único capaz de llevar todas nuestras cargas. Dios puede llevar nuestras cargas insoportables. Amén
TE QUIERO TAL COMO ERES
Cuenta Anthony de Mello una fábula que me gustaría compartir a todos.
Dice así:
Durante años fui un neurótico. Era un ser oprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no me convencía la necesidad de hacerlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, aunque tampoco podía ofenderme con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día mi amigo me dijo: "No cambies. Sigue siendo tal y como eres. En realidad, no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte."
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como una música: "No cambies, no cambies, te quiero." Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla!, cambié.».
Supongo que habrá algunos lectores que no estén del todo de acuerdo con esta fábula y que hubieran preferido que el consejo de mi amigo fuera un poco diferente: «Harías bien en tratar de cambiar por tu propio bien, pero lo importante es que sepas que yo te quiero. como eres o como puedes llegar a ser. Pero lo que me parece claro es que, en todo caso, lo sustancial de la fábula pie: nadie es capaz de cambiar si no se siente querido, si no experimenta una razón «positiva» para cambiar, si no tiene a interior suficiente para subirse por encima de sus fallos.
Temo que esta elemental norma pedagógica y humana sea desconocida por muchísimas personas. Tal vez por eso el primer consejo yo doy siempre a los padres que me cuentan problemas de sus hijos sea éste: De momento, quiérele, quiérele ahora más que nunca. No le eches en cara sus defectos, que él ya conoce.
Quiérele. Confía en él. Hazle comprender que le quieres y le querrás siempre, con defectos o sin ellos. El debe estar que, haga lo que haga, no perderá tu amor. Eso, lejos de empujarle al mal, le dará fuerza para sentirse hombre. Con reproches lo más probable es que multipliques su amargura y le hagas encastillarse en sus defectos, aunque sólo sea propio. El debe conocer que esos fallos suyos te hacen sufrir. Pero debe saber también que tú le amas lo suficiente como para sufrir por él todo lo que sea necesario.
Y nunca le pases factura por ese amor. Tú lo haces porque es tu deber, porque eres padre o madre, no como un gesto de magnanimidad. Y cuando te canses porque también te cansarás de perdonar por mucho que le quieras-, acuérdate alguna vez de que también Dios nos quiere como somos y tiene con nosotros mucha más paciencia que nosotros con los nuestros.
Pero, ¿y si la técnica del amor termina fallando porque también la ingratitud es parte de la condición humana? Al menos habremos cumplido con nuestro deber y habremos aportado lo mejor de nosotros. En todo caso, es seguro que un poco de amor vale mucho más que mil reproches.
Dice así:
Durante años fui un neurótico. Era un ser oprimido y egoísta. Y todo el mundo insistía en decirme que cambiara. Y no dejaban de recordarme lo neurótico que era. Y yo me ofendía, aunque estaba de acuerdo con ellos, y deseaba cambiar, pero no me convencía la necesidad de hacerlo por mucho que lo intentara.
Lo peor era que mi mejor amigo tampoco dejaba de recordarme lo neurótico que yo estaba. Y también insistía en la necesidad de que yo cambiara. Y también con él estaba de acuerdo, aunque tampoco podía ofenderme con él. De manera que me sentía impotente y como atrapado.
Pero un día mi amigo me dijo: "No cambies. Sigue siendo tal y como eres. En realidad, no importa que cambies o dejes de cambiar. Yo te quiero tal como eres y no puedo dejar de quererte."
Aquellas palabras sonaron en mis oídos como una música: "No cambies, no cambies, te quiero." Entonces me tranquilicé. Y me sentí vivo. Y, ¡oh maravilla!, cambié.».
Supongo que habrá algunos lectores que no estén del todo de acuerdo con esta fábula y que hubieran preferido que el consejo de mi amigo fuera un poco diferente: «Harías bien en tratar de cambiar por tu propio bien, pero lo importante es que sepas que yo te quiero. como eres o como puedes llegar a ser. Pero lo que me parece claro es que, en todo caso, lo sustancial de la fábula pie: nadie es capaz de cambiar si no se siente querido, si no experimenta una razón «positiva» para cambiar, si no tiene a interior suficiente para subirse por encima de sus fallos.
Temo que esta elemental norma pedagógica y humana sea desconocida por muchísimas personas. Tal vez por eso el primer consejo yo doy siempre a los padres que me cuentan problemas de sus hijos sea éste: De momento, quiérele, quiérele ahora más que nunca. No le eches en cara sus defectos, que él ya conoce.
Quiérele. Confía en él. Hazle comprender que le quieres y le querrás siempre, con defectos o sin ellos. El debe estar que, haga lo que haga, no perderá tu amor. Eso, lejos de empujarle al mal, le dará fuerza para sentirse hombre. Con reproches lo más probable es que multipliques su amargura y le hagas encastillarse en sus defectos, aunque sólo sea propio. El debe conocer que esos fallos suyos te hacen sufrir. Pero debe saber también que tú le amas lo suficiente como para sufrir por él todo lo que sea necesario.
Y nunca le pases factura por ese amor. Tú lo haces porque es tu deber, porque eres padre o madre, no como un gesto de magnanimidad. Y cuando te canses porque también te cansarás de perdonar por mucho que le quieras-, acuérdate alguna vez de que también Dios nos quiere como somos y tiene con nosotros mucha más paciencia que nosotros con los nuestros.
Pero, ¿y si la técnica del amor termina fallando porque también la ingratitud es parte de la condición humana? Al menos habremos cumplido con nuestro deber y habremos aportado lo mejor de nosotros. En todo caso, es seguro que un poco de amor vale mucho más que mil reproches.
DEBEMOS SER SAL Y LUZ
Una fábula árabe cuenta que un día un hombre paseaba por el bosque cuando se encontró con un zorro herido. El pobre animalito se había roto las cuatro patas mientras intentaba huir de un cazador y estaba tal malherido que ni siquiera podía moverse para encontrar comida.
El hombre sintió lástima por el animal y decidió acercarse a él. Pero mientras lo hacía vio un gigantesco oso que se asomaba entre los árboles, arrastrando los despojos del animal que acababa de devorar. El oso pareció no estar interesado el zorro y de hecho, dejó caer los restos y se dio media vuelta en busca de otro animal que llevarse a la boca. Los desperdicios cayeron junto al zorro, que se lanzó sobre la poca carne que quedaba con enorme ansiedad.
Al día siguiente, el hombre volvió al bosque. Una vez más, el oso había dejado un apetitoso bocado cerca de donde estaba el hambriento zorro y éste, nuevamente se había abalanzado sobre la comida. El tercer día, al volver al bosque, la escena era la misma.
El hombre reflexionó detenidamente sobre lo que había visto.
-Si Dios se preocupa tanto por el zorro - se dijo a sí mismo-, ¿cuánto más se preocupará por mí? Mi fe no es lo suficientemente fuerte, debo aprender a confiar en Dios con la misma intensidad que el zorro.
Acto seguido, el hombre se arrodilló en el bosque y, con la mirada puesta en el cielo, exclamó:
-Señor, el zorro me ha demostrado lo que es tener fe en ti. A partir de este momento me entrego a ti en cuerpo y alma. Confío en que cuides como el oso asiste al zorro. Dicho esto, el hombre se tumbó en el suelo a la espera de que Dios se ocupara de él. Transcurrió un día y no sucedió nada. El hombre empezó a tener hambre. Pasó otro día y seguía sin ocurrir nada. El hombre empezó a inquietarse. El tercer día, cuando aún no había ni rastro de Dios, el hombre se enfadó.
- Señor, quieres a ese zorro más que a mí. ¿Por qué no te preocupas de mí con lo mucho que yo confío en ti? ¿Por qué no me alimentas?.
Por fin, el hambre obligó al hombre a volver al pueblo. En una de las calles del pueblo, se topó con un niño hambriento. No pudo contenerse y le manifestó a Dios su ira:
-¿Por qué no haces nada para ayudar a este pobre niño?.
- Ya lo he hecho, respondió Dios. Te he creado a ti. Pero has decidido seguir el ejemplo del zorro y no el del altruista oso. Nosotros somos los responsables de cambiar nuestro entorno. Conocemos la verdad, somos libres, Dios nos ha provisto de habilidades, talentosos, dones y nos dará la fortaleza para hacer algo por los demás.
Si bien es cierto que Dios siempre provee y de formas milagrosas, como sucedió con Elías que fue alimentado por cuervos, en el caso de la fábula, un oso alimentaba al zorro herido, nosotros somos sus representantes en la tierra, debemos ser sal y luz para las personas, no podemos conformarnos con compadecernos del sufrimiento de la gente.
Es verdad que es una tarea difícil pero si no empezamos por nuestra casa, nuestro entorno, entonces será imposible. No necesitas decir nada, con tu testimonio, mostrando el amor de Cristo en tu vida puedes transformar a alguien.
Ya hay mucha gente culpando y reclamando a Dios por los males que aquejan a la humanidad, es hora de mostrar que el amor de Cristo cambia vidas y transforma realidades y que nunca se ha olvidado de nosotros.
Dios se ocupará de nuestras necesidades, y nosotros debemos ocúparnos de mostrar el amor de Dios a otros.
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. Hechos 20:35
El hombre sintió lástima por el animal y decidió acercarse a él. Pero mientras lo hacía vio un gigantesco oso que se asomaba entre los árboles, arrastrando los despojos del animal que acababa de devorar. El oso pareció no estar interesado el zorro y de hecho, dejó caer los restos y se dio media vuelta en busca de otro animal que llevarse a la boca. Los desperdicios cayeron junto al zorro, que se lanzó sobre la poca carne que quedaba con enorme ansiedad.
Al día siguiente, el hombre volvió al bosque. Una vez más, el oso había dejado un apetitoso bocado cerca de donde estaba el hambriento zorro y éste, nuevamente se había abalanzado sobre la comida. El tercer día, al volver al bosque, la escena era la misma.
El hombre reflexionó detenidamente sobre lo que había visto.
-Si Dios se preocupa tanto por el zorro - se dijo a sí mismo-, ¿cuánto más se preocupará por mí? Mi fe no es lo suficientemente fuerte, debo aprender a confiar en Dios con la misma intensidad que el zorro.
Acto seguido, el hombre se arrodilló en el bosque y, con la mirada puesta en el cielo, exclamó:
-Señor, el zorro me ha demostrado lo que es tener fe en ti. A partir de este momento me entrego a ti en cuerpo y alma. Confío en que cuides como el oso asiste al zorro. Dicho esto, el hombre se tumbó en el suelo a la espera de que Dios se ocupara de él. Transcurrió un día y no sucedió nada. El hombre empezó a tener hambre. Pasó otro día y seguía sin ocurrir nada. El hombre empezó a inquietarse. El tercer día, cuando aún no había ni rastro de Dios, el hombre se enfadó.
- Señor, quieres a ese zorro más que a mí. ¿Por qué no te preocupas de mí con lo mucho que yo confío en ti? ¿Por qué no me alimentas?.
Por fin, el hambre obligó al hombre a volver al pueblo. En una de las calles del pueblo, se topó con un niño hambriento. No pudo contenerse y le manifestó a Dios su ira:
-¿Por qué no haces nada para ayudar a este pobre niño?.
- Ya lo he hecho, respondió Dios. Te he creado a ti. Pero has decidido seguir el ejemplo del zorro y no el del altruista oso. Nosotros somos los responsables de cambiar nuestro entorno. Conocemos la verdad, somos libres, Dios nos ha provisto de habilidades, talentosos, dones y nos dará la fortaleza para hacer algo por los demás.
Si bien es cierto que Dios siempre provee y de formas milagrosas, como sucedió con Elías que fue alimentado por cuervos, en el caso de la fábula, un oso alimentaba al zorro herido, nosotros somos sus representantes en la tierra, debemos ser sal y luz para las personas, no podemos conformarnos con compadecernos del sufrimiento de la gente.
Es verdad que es una tarea difícil pero si no empezamos por nuestra casa, nuestro entorno, entonces será imposible. No necesitas decir nada, con tu testimonio, mostrando el amor de Cristo en tu vida puedes transformar a alguien.
Ya hay mucha gente culpando y reclamando a Dios por los males que aquejan a la humanidad, es hora de mostrar que el amor de Cristo cambia vidas y transforma realidades y que nunca se ha olvidado de nosotros.
Dios se ocupará de nuestras necesidades, y nosotros debemos ocúparnos de mostrar el amor de Dios a otros.
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”. Hechos 20:35
CONVICCIONES FIRMES…
Cuando tu tienes convicciones firmes en lo que Dios ha revelado en su Palabra, entonces eres capaz de obrar de forma espontánea ante las diferentes circunstancias que se te presentan en tu diario vivir…
Por ejemplo:
Eres capaz de amar a Dios por sobre todas las cosas, siendo el tu única prioridad en todo lo que haces. Llegas a verlo como un ser personal a quien amas sin condiciones. No lo ves como una idea perdida, difusa y lejana sino como un Dios Real que te envuelve con su presencia…
Eres capaz de tener una compasión profunda ante las diversas necesidades que enfrentan las personas que te rodean; es decir que sientes un dolor profundo por su condición y buscas la manera de hacer algo efectivo por ellas…
Eres capaz de testificar con tus palabras y con tus actitudes de lo que Dios ha hecho en tu vida por medio del poder del Espíritu Santo, siendo así una evidencia palpable que Dios es quien opera en ti esos cambios profundos y radicales en todas las áreas de tu vida…
Eres capaz de creerle a Dios a pesar de todas las circunstancias adversas que enfrentes, por que sabes que en todo estará su mano poderosa abriéndote camino a lo largo de las veredas oscuras e incomprensibles que transites…
Eres capaz de encontrarle sentido a tu vida cristiana. Llegas a ver el cristianismo no como un conjunto de leyes que hay que practicar de forma obligada, sino como un estilo de vida indispensable, fascinante y sobretodo fructífera…
Pídele a Dios que ponga en ti esa convicción firme en el contenido de su Palabra para que espontáneamente le ames… tengas compasión por el necesitado… testifiques con tus palabras y acciones… le creas… y le encuentres sentido a tu vida cristiana.
Por ejemplo:
Eres capaz de amar a Dios por sobre todas las cosas, siendo el tu única prioridad en todo lo que haces. Llegas a verlo como un ser personal a quien amas sin condiciones. No lo ves como una idea perdida, difusa y lejana sino como un Dios Real que te envuelve con su presencia…
Eres capaz de tener una compasión profunda ante las diversas necesidades que enfrentan las personas que te rodean; es decir que sientes un dolor profundo por su condición y buscas la manera de hacer algo efectivo por ellas…
Eres capaz de testificar con tus palabras y con tus actitudes de lo que Dios ha hecho en tu vida por medio del poder del Espíritu Santo, siendo así una evidencia palpable que Dios es quien opera en ti esos cambios profundos y radicales en todas las áreas de tu vida…
Eres capaz de creerle a Dios a pesar de todas las circunstancias adversas que enfrentes, por que sabes que en todo estará su mano poderosa abriéndote camino a lo largo de las veredas oscuras e incomprensibles que transites…
Eres capaz de encontrarle sentido a tu vida cristiana. Llegas a ver el cristianismo no como un conjunto de leyes que hay que practicar de forma obligada, sino como un estilo de vida indispensable, fascinante y sobretodo fructífera…
Pídele a Dios que ponga en ti esa convicción firme en el contenido de su Palabra para que espontáneamente le ames… tengas compasión por el necesitado… testifiques con tus palabras y acciones… le creas… y le encuentres sentido a tu vida cristiana.
DA CON ALEGRIA
Cuando yo era adolescente, en cierta oportunidad estaba con mi padre haciendo fila para comprar entradas para el circo. Al final, solo quedaba una familia entre la ventanilla y nosotros.
Esta familia me impresionó mucho; eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la fila, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con emoción de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo.
Prometía ser un hecho sobresaliente en su vida. El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: "Eres mi caballero de brillante armadura". El sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón".
La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. El respondió con orgullo: "Por favor, déme ocho entradas para menores y dos de adultos". La empleada le indico el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este sé acercó un poco más y le preguntó: "¿Cuánto dijo?".
La empleada volvió a decirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?
Viendo lo que pasaba, papá se metió la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo (nosotros no éramos ricos en lo absoluto).
Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo".
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incómoda.
Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí".
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero nos fuimos con el corazón lleno de alegría.
¡NO DES LO QUE TE SOBRA. DA CON ALEGRÍA!
Esta familia me impresionó mucho; eran ocho chicos, todos probablemente menores de doce años. Se veía que no tenían mucho dinero. La ropa que llevaban no era cara, pero estaban limpios. Los chicos eran bien educados, todos hacían bien la fila, de a dos detrás de los padres, tomados de la mano. Hablaban con emoción de los payasos, los elefantes y otros números que verían esa noche. Se notaba que nunca antes habían ido al circo.
Prometía ser un hecho sobresaliente en su vida. El padre y la madre estaban al frente del grupo, de pie, orgullosos. La madre, de la mano de su marido, lo miraba como diciendo: "Eres mi caballero de brillante armadura". El sonreía, henchido de orgullo y mirándola como si respondiera: "Tienes razón".
La empleada de la ventanilla preguntó al padre cuantas entradas quería. El respondió con orgullo: "Por favor, déme ocho entradas para menores y dos de adultos". La empleada le indico el precio. La mujer soltó la mano de su marido, ladeó su cabeza y el labio del hombre empezó a torcerse. Este sé acercó un poco más y le preguntó: "¿Cuánto dijo?".
La empleada volvió a decirle el precio. ¿Cómo iba a darse vuelta y decirle a sus ocho hijos que no tenía suficiente dinero para llevarlos al circo?
Viendo lo que pasaba, papá se metió la mano en el bolsillo, sacó un billete de veinte dólares y lo tiró al suelo (nosotros no éramos ricos en lo absoluto).
Mi padre se agachó, recogió el billete, palmeó al hombre en el hombro y le dijo: "Disculpe, señor, se le cayó esto del bolsillo".
El hombre se dio cuenta de lo que pasaba. No había pedido limosna, pero sin duda apreciaba la ayuda en una situación desesperada, angustiosa e incómoda.
Miró a mi padre directamente a los ojos, con sus dos manos le tomó la suya, apretó el billete de veinte dólares y con labios trémulos y una lágrima rodándole por la mejilla, replicó: "Gracias, gracias señor. Esto significa realmente mucho para mi familia y para mí".
Papá y yo volvimos a nuestro auto y regresamos a casa. Esa noche no fuimos al circo, pero nos fuimos con el corazón lleno de alegría.
¡NO DES LO QUE TE SOBRA. DA CON ALEGRÍA!
YO SÍ TE VI
Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían. Nahum 1:7
Cuenta una historia que en una ciudad se inauguraría una escuela en presencia del presidente del país y de una importante delegación que lo acompañaba, todos los alumnos vestirían y lucirían sus impecables uniformes para poder recibirlo.
Después de la ceremonia, una niña lloraba a lágrima viva.- ¿Qué te sucede?- ¿No viste al presidente? , le pregunto la maestra.- Sí, contestó la niña, pero él no me vio a mí.
Evidentemente, el presidente no podía fijarse en cada niño de la multitud. Y la niña no tenía edad para comprenderlo.
En nuestra época de la informática, a menudo nos sentimos como un simple número de identificación ante las autoridades, o en una ficha en el banco, quizá del hospital, o como ser, un ser anónimo en la muchedumbre. De ahí es fácil pensar que no nos interesamos por nadie porque nadie parece interesarse por nosotros.
No obstante ese pensamiento es un error. Existe alguien que sabe quién eres, conoce tu nombre y oye el menor de tus suspiros. David que lo sabía muy bien dijo “tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Pues aun no está la palabra en mi lengua y he aquí oh Jehová tú la sabes toda”
Salmos 139:2-4.
El Señor Jesús, el buen pastor, llama a cada una de sus ovejas por su nombre, tal vez creas que nadie puede entenderte, conocerte y amarte, sin embargo entérate que Él está pendiente de todo lo que esta sucediéndote y no solo está observándote sino también está dispuesto a bendecirte.
“Conoce el Señor a los que son suyos” 2 Timoteo 2:19
Eres único(a) a sus ojos y te dice: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Isaías 43:1.
—Telma Céspedes
Cuenta una historia que en una ciudad se inauguraría una escuela en presencia del presidente del país y de una importante delegación que lo acompañaba, todos los alumnos vestirían y lucirían sus impecables uniformes para poder recibirlo.
Después de la ceremonia, una niña lloraba a lágrima viva.- ¿Qué te sucede?- ¿No viste al presidente? , le pregunto la maestra.- Sí, contestó la niña, pero él no me vio a mí.
Evidentemente, el presidente no podía fijarse en cada niño de la multitud. Y la niña no tenía edad para comprenderlo.
En nuestra época de la informática, a menudo nos sentimos como un simple número de identificación ante las autoridades, o en una ficha en el banco, quizá del hospital, o como ser, un ser anónimo en la muchedumbre. De ahí es fácil pensar que no nos interesamos por nadie porque nadie parece interesarse por nosotros.
No obstante ese pensamiento es un error. Existe alguien que sabe quién eres, conoce tu nombre y oye el menor de tus suspiros. David que lo sabía muy bien dijo “tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Pues aun no está la palabra en mi lengua y he aquí oh Jehová tú la sabes toda”
Salmos 139:2-4.
El Señor Jesús, el buen pastor, llama a cada una de sus ovejas por su nombre, tal vez creas que nadie puede entenderte, conocerte y amarte, sin embargo entérate que Él está pendiente de todo lo que esta sucediéndote y no solo está observándote sino también está dispuesto a bendecirte.
“Conoce el Señor a los que son suyos” 2 Timoteo 2:19
Eres único(a) a sus ojos y te dice: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Isaías 43:1.
—Telma Céspedes
LAS TORMENTAS
Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que según él le rindieran mejor sus cosechas. ¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc. Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó:
"Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan ... Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas. El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer. Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías por chubascos pasajeros. Una tormenta en tu vida seguramente hará estallar el pensamiento en miles de relámpagos por segundo, y seguramente, creerás que todo es maldición y mala suerte, pero la fe, la constancia, la voluntad y la resignación, harán que logres como cosecha, los mejores frutos que solo se obtienen cuando el frío de los años ha endulzado tu decir, tu obrar y tu soñar.
Autor desconocido
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc. Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó:
"Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan ... Así nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas. El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer. Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuánto se ha preocupado por tonterías por chubascos pasajeros. Una tormenta en tu vida seguramente hará estallar el pensamiento en miles de relámpagos por segundo, y seguramente, creerás que todo es maldición y mala suerte, pero la fe, la constancia, la voluntad y la resignación, harán que logres como cosecha, los mejores frutos que solo se obtienen cuando el frío de los años ha endulzado tu decir, tu obrar y tu soñar.
Autor desconocido
AMOR CIEGO
Anirudhan estaba viendo un concierto. La hermosa chica que cantó con una voz dulce le llamó la atención. Ella cantaba con la voz más melodiosa que jamás había oído. Llevaba un hermoso vestido blanco y gafas de sol con estilo que intensificaron su belleza natural. En el estadio precioso y bien iluminado, la muchacha agraciada se le apareció como un ángel radiante descendía del cielo.
El observó su exquisito desempeño y encanto como en un sueño. Se puso en contacto la orquesta y se enteró de que su nombre era Nisha. Habló con ella directamente a través del teléfono. En un tono emocionado, le dijo lo mucho que adoraba a su rostro agraciado, atractivo traje, sonrisa encantadora, evolución positiva y la voz divina. Declaró que estaba locamente enamorado de ella y no podía vivir sin ella y le pidió que accediera a casarse con él. Él dijo que iba a venir a conocerla en persona al día siguiente.
La chica estaba asombrada, sorprendida y confundida al escuchar sus palabras. Ella respondió con calma: "Mira, yo soy muy pobre y, además, ..." Él no permitió que completase la frase. Él le dijo que sabía todo sobre ella y que su decisión de casarse con ella era firme y definitiva. La chica discutió la propuesta con sus amigos y familiares y la animaron a seguir adelante con la propuesta que ya que el le había dicho que lo sabía todo acerca de ella. Ella esperaba ansiosamente su llegada.
Anirudhan fue a su casa, vestido como un príncipe, llevándole un par de gafas de sol costosas para presentar a ella como su regalo. Él la conoció y presentó el regalo a ella con elocuentes palabras de admiración ardiente. Ella abrió el paquete y decidió ponerse el nuevo par de gafas delante de él. Se quitó las gafas y el joven quedó atónito y sorprendido de ver que la chica no tenía ojos en absoluto. Sólo había dos pequeñas huecos en su lugar en la cara, lo que sugiere la ceguera completa. Su atracción, aprecio y admiración por su apariencia atractiva y atrayente desaparecieron en cuestión de segundos. Salió corriendo de la habitación y desapareció sin decir nada dejando a la chica en un estado de perplejidad.
La Biblia enseña sobre el verdadero amor, El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. 1 Corintios 13: 4-7 TLA
El amor del joven no era verdadero o sincero. Él exhibió varios defectos en su personalidad, carácter y comportamiento. Él tomó una decisión importante en su vida, sin previsión y análisis. Le dio una promesa a una pobre muchacha que no podría mantener. Su amor era sólo un capricho inmaduro al glamour físico a la belleza muchacha.
Las decisiones impulsivas pueden conducir al desastre.
Buscar la voluntad de Dios mediante la oración ferviente conduce a tomar decisiones correctas. Si estamos dispuestos a seguir la voluntad de Dios, Él hará su voluntad clara de nosotros.
William Barclay enseñó: "Sólo hay una manera de lograr la paz en el corazón, la alegría de la mente y la belleza de la vida,. Que es aceptar y hacer la voluntad de Dios"
UN GESTO DE AMOR
El alma generosa será prosperada, el que sacie a otros será también saciado. Proverbios 11:25
Llovía fuerte y era de noche, cuando Renato se dio cuenta que una señora, de avanzada edad, estaba con su coche parado al costado de la carretera necesitando ayuda. Así que, inmediatamente, detuvo su vehículo y se acercó. La señora pensó, que podía tratarse de un ladrón, pues él no inspiraba confianza, tenía el aspecto de un hombre pobre y hambriento. Renato rápidamente percibió el temor de la mujer y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla, no se preocupe. ¿Por qué no entra a su auto mientras lo reviso? Le extendió la mano y le dijo: un gusto, mi nombre es Renato”.
Al inspeccionar lo que pasaba, inmediatamente se dio cuenta, que la rueda estaba pinchada entonces se agachó, colocó el gato mecánico, levantó el coche, cambió la rueda y cuando estaba en la tarea de apretar las tuercas, ella abrió la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso por allí y de lo agradecida que estaba por su valiosa ayuda. Renato apenas sonrió mientras se levantaba. Ella le preguntó cuánto le debía, reflexionando íntimamente en todas las cosas terribles que podían haber pasado si él no se hubiese detenido para socorrerla. Renato era un hombre que no pensaba solo en el dinero, le gustaba ayudar a las personas. Este era su modo de vivir. Y le respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que se encuentre con alguien que tiene una necesidad, bríndele a esa persona la ayuda que necesite y en dicho momento, acuérdese de mí”.
Después de andar algunos kilómetros, bajo una lluvia torrencial, la anciana decidió parar en un pequeño restaurante al costado del camino. Rápidamente se le acercó una camarera quien le trajo una toalla limpia para que pudiera secar su cabello. La señora notó que la joven que la atendía, estaba con casi ocho meses de embarazo, pero a pesar de eso, tenía una muy buena actitud de amoroso servicio. Esto despertó la curiosidad de la señora, quien se preguntó, ¿cuál será la razón, para que ésta joven que no me conoce, me trate tan bien? En ese instante vino a su mente la imagen de Renato y lo bien que él había procedido con ella.
Al terminar de comer, y mientras la camarera buscaba el cambio, la señora se retiró. Cuando la joven volvió, ya no la encontró y mientras empezaba a preparar la mesa para el próximo cliente, encontró una nota en la servilleta y 4 billetes de 1.000 euros. Entre sorprendida y conmovida por semejante generosidad, sus lágrimas comenzaron a bañar sus ojos, mientras leía lo que la señora tiernamente le había escrito: “Hoy tuve un problema y alguien me ayudó, de la misma forma yo quiero ayudarte a tí. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda también a alguien más y acuérdate de mí”.
Aquella noche, la joven llegó a su casa cansada, después de un largo día de trabajo, se acostó y mientras observaba a su esposo quien ya se había dormido, se quedó pensando en el dinero, en las palabras que le había escrito la señora y en lo bien que les venía este regalo, porque el nacimiento de su hijo sería aproximadamente en un mes. Se dibujó en su rostro una gran sonrisa, agradeció a Dios, se volvió hacia su esposo que dormía a su lado, le dio un beso suave y susurró: -Todo estará bien: ¡Te Amo Renato!
Esta es la actitud que deberíamos tener todas las personas que hemos recibido a Jesús en nuestro corazón, como nuestro único Señor y Salvador, porque aún enfrentando momentos difíciles en nuestras vidas, deberíamos tener una sonrisa en nuestros labios y paz en nuestros corazones, porque Dios prometió estar con nosotros todos los días de nuestras vidas y jamás desampararnos.
JAMÁS OLVIDEMOS QUE TODO LO QUE DAMOS, VUELVE A NOSOTROS. SI SEMBRAMOS EL BIEN, ESO MISMO RECOGEREMOS. ACORDÉMONOS DE RENATO.
—Brisna Bustamante S.
Llovía fuerte y era de noche, cuando Renato se dio cuenta que una señora, de avanzada edad, estaba con su coche parado al costado de la carretera necesitando ayuda. Así que, inmediatamente, detuvo su vehículo y se acercó. La señora pensó, que podía tratarse de un ladrón, pues él no inspiraba confianza, tenía el aspecto de un hombre pobre y hambriento. Renato rápidamente percibió el temor de la mujer y le dijo: “Estoy aquí para ayudarla, no se preocupe. ¿Por qué no entra a su auto mientras lo reviso? Le extendió la mano y le dijo: un gusto, mi nombre es Renato”.
Al inspeccionar lo que pasaba, inmediatamente se dio cuenta, que la rueda estaba pinchada entonces se agachó, colocó el gato mecánico, levantó el coche, cambió la rueda y cuando estaba en la tarea de apretar las tuercas, ella abrió la ventana y comenzó a conversar con él. Le contó que no era del lugar, que sólo estaba de paso por allí y de lo agradecida que estaba por su valiosa ayuda. Renato apenas sonrió mientras se levantaba. Ella le preguntó cuánto le debía, reflexionando íntimamente en todas las cosas terribles que podían haber pasado si él no se hubiese detenido para socorrerla. Renato era un hombre que no pensaba solo en el dinero, le gustaba ayudar a las personas. Este era su modo de vivir. Y le respondió: “Si realmente quisiera pagarme, la próxima vez que se encuentre con alguien que tiene una necesidad, bríndele a esa persona la ayuda que necesite y en dicho momento, acuérdese de mí”.
Después de andar algunos kilómetros, bajo una lluvia torrencial, la anciana decidió parar en un pequeño restaurante al costado del camino. Rápidamente se le acercó una camarera quien le trajo una toalla limpia para que pudiera secar su cabello. La señora notó que la joven que la atendía, estaba con casi ocho meses de embarazo, pero a pesar de eso, tenía una muy buena actitud de amoroso servicio. Esto despertó la curiosidad de la señora, quien se preguntó, ¿cuál será la razón, para que ésta joven que no me conoce, me trate tan bien? En ese instante vino a su mente la imagen de Renato y lo bien que él había procedido con ella.
Al terminar de comer, y mientras la camarera buscaba el cambio, la señora se retiró. Cuando la joven volvió, ya no la encontró y mientras empezaba a preparar la mesa para el próximo cliente, encontró una nota en la servilleta y 4 billetes de 1.000 euros. Entre sorprendida y conmovida por semejante generosidad, sus lágrimas comenzaron a bañar sus ojos, mientras leía lo que la señora tiernamente le había escrito: “Hoy tuve un problema y alguien me ayudó, de la misma forma yo quiero ayudarte a tí. Si tú realmente quisieras reembolsarme este dinero, no dejes que este círculo de amor termine contigo, ayuda también a alguien más y acuérdate de mí”.
Aquella noche, la joven llegó a su casa cansada, después de un largo día de trabajo, se acostó y mientras observaba a su esposo quien ya se había dormido, se quedó pensando en el dinero, en las palabras que le había escrito la señora y en lo bien que les venía este regalo, porque el nacimiento de su hijo sería aproximadamente en un mes. Se dibujó en su rostro una gran sonrisa, agradeció a Dios, se volvió hacia su esposo que dormía a su lado, le dio un beso suave y susurró: -Todo estará bien: ¡Te Amo Renato!
Esta es la actitud que deberíamos tener todas las personas que hemos recibido a Jesús en nuestro corazón, como nuestro único Señor y Salvador, porque aún enfrentando momentos difíciles en nuestras vidas, deberíamos tener una sonrisa en nuestros labios y paz en nuestros corazones, porque Dios prometió estar con nosotros todos los días de nuestras vidas y jamás desampararnos.
JAMÁS OLVIDEMOS QUE TODO LO QUE DAMOS, VUELVE A NOSOTROS. SI SEMBRAMOS EL BIEN, ESO MISMO RECOGEREMOS. ACORDÉMONOS DE RENATO.
—Brisna Bustamante S.
LO QUE RESISTES, PERSISTE
Una chica esquiaba en el mar, sujetada por una lancha. No sabía nadar, aunque traía puesto el chaleco salvavidas. De repente, la mujer perdió el equilibrio y cayó al mar. Alcanzó a sujetarse de una de las cuerdas que la jalaban. Se aferró a ella y fue arrastrada por el mar, al más puro estilo vaquero. Los ayudantes le decían que soltara la cuerda, porque de lo contrario no podrían ayudarla. La chica no lo hacía, porque tenía miedo de que le pasara algo si se soltaba. Pero a medida que pasaba el tiempo, se hacía más daño.
Finalmente la chica comprendió que se estaba lastimando. Soltó la cuerda. Y fue entonces cuando la pudieron ayudar.
¿Cuántas veces nos aferramos a algo, con la misma fuerza que la chica se aferraba a la cuerda y nos hacemos daño? Lo que resistes, persiste en tu vida.
Cuando alguien te hace daño y lo sigues trayendo contigo, te sigue lastimando. “Suficiente para cada día es su propia maldad” dijo Jesucristo. Esta frase encierra una gran verdad. Quizás un día cayó una lluvia que te mojó y te enfermaste. Y te sentiste molesto por unos días. Pero imagínate recordando con molestia esa lluvia el día de hoy, después de 10 años que pasó el aguacero…
¿No tiene sentido verdad? Se que este ejemplo es claro de entender. Pero no lo es cuando se aplica a nuestras experiencias emocionales del ayer. Traemos una y otra vez la lluvia de desprecios e insultos del pasado. Nos seguimos torturando con la tormenta de desamor del ayer. Seguimos culpando de nuestros fracasos a personas que… ¡ya se han ido de este mundo!
Lo que resistes, persiste en tu vida. Eres esclavo de aquel que te inmoviliza y te hace sufrir. Al resistirte y dar mil vueltas al ¿Por qué me trató así? No es diferente a cuando un gato da vueltas sobre sí mismo, buscando alcanzar su cola. Nunca lo logra y se detiene hasta que se cansa. La naturaleza del amor es incomprensible y caprichosa.
No te lamentes porque se ha ido. Agradece que por un instante llegó a tu vida, llenándola de emociones y nubes de color de rosa. Busca las flores más bellas, en la montaña tapizada de desamor y espinas de tu vida. Y te garantizo que le encontrarás sentido.
Hay personas que cargan sus costumbres del ayer a la vida del hoy y no pueden ser felices.
Puede que una persona del pasado, te haya llenado con el alimento de su presencia y de su amor. Y estés acostumbrado. Pero la vida no es estática. Es activa. Y las circunstancias pueden hacer, que lo que te alimentó en el ayer, hoy ya no te alimente ¡y hasta te haga daño!
Le dijo un sabio hindú a su discípulo: “Si te lamentas porque tienes sed, y el dolor te ciega para no ver lo que pasa a tu alrededor, cuando camines junto a un oasis, no lo vas a ver”. Lo que resistes, persiste en tu vida… hasta que dejas de resistirlo.
Despide a ese amor que te alimentó en el ayer y ábrete a la posibilidad de probar suculentas experiencias el día de hoy. Despide a esa persona que te lastimó en el pasado. Suelta la cuerda que te une a su lancha y que te ha estado lastimando por tanto tiempo. Te recuperarás de tus heridas, para iniciar una nueva aventura. Ya no resistas nada en tu vida. Déjalo ir, para que descanse tu espalda de las cargas del ayer y vuelvas a sentir… ¡la emoción de vivir el día de hoy!
Finalmente la chica comprendió que se estaba lastimando. Soltó la cuerda. Y fue entonces cuando la pudieron ayudar.
¿Cuántas veces nos aferramos a algo, con la misma fuerza que la chica se aferraba a la cuerda y nos hacemos daño? Lo que resistes, persiste en tu vida.
Cuando alguien te hace daño y lo sigues trayendo contigo, te sigue lastimando. “Suficiente para cada día es su propia maldad” dijo Jesucristo. Esta frase encierra una gran verdad. Quizás un día cayó una lluvia que te mojó y te enfermaste. Y te sentiste molesto por unos días. Pero imagínate recordando con molestia esa lluvia el día de hoy, después de 10 años que pasó el aguacero…
¿No tiene sentido verdad? Se que este ejemplo es claro de entender. Pero no lo es cuando se aplica a nuestras experiencias emocionales del ayer. Traemos una y otra vez la lluvia de desprecios e insultos del pasado. Nos seguimos torturando con la tormenta de desamor del ayer. Seguimos culpando de nuestros fracasos a personas que… ¡ya se han ido de este mundo!
Lo que resistes, persiste en tu vida. Eres esclavo de aquel que te inmoviliza y te hace sufrir. Al resistirte y dar mil vueltas al ¿Por qué me trató así? No es diferente a cuando un gato da vueltas sobre sí mismo, buscando alcanzar su cola. Nunca lo logra y se detiene hasta que se cansa. La naturaleza del amor es incomprensible y caprichosa.
No te lamentes porque se ha ido. Agradece que por un instante llegó a tu vida, llenándola de emociones y nubes de color de rosa. Busca las flores más bellas, en la montaña tapizada de desamor y espinas de tu vida. Y te garantizo que le encontrarás sentido.
Hay personas que cargan sus costumbres del ayer a la vida del hoy y no pueden ser felices.
Puede que una persona del pasado, te haya llenado con el alimento de su presencia y de su amor. Y estés acostumbrado. Pero la vida no es estática. Es activa. Y las circunstancias pueden hacer, que lo que te alimentó en el ayer, hoy ya no te alimente ¡y hasta te haga daño!
Le dijo un sabio hindú a su discípulo: “Si te lamentas porque tienes sed, y el dolor te ciega para no ver lo que pasa a tu alrededor, cuando camines junto a un oasis, no lo vas a ver”. Lo que resistes, persiste en tu vida… hasta que dejas de resistirlo.
Despide a ese amor que te alimentó en el ayer y ábrete a la posibilidad de probar suculentas experiencias el día de hoy. Despide a esa persona que te lastimó en el pasado. Suelta la cuerda que te une a su lancha y que te ha estado lastimando por tanto tiempo. Te recuperarás de tus heridas, para iniciar una nueva aventura. Ya no resistas nada en tu vida. Déjalo ir, para que descanse tu espalda de las cargas del ayer y vuelvas a sentir… ¡la emoción de vivir el día de hoy!
DESDE HOY
1. Practicaré el no juzgar. Comenzaré mi día con esta declaración: "Hoy no juzgaré nada de lo que ocurra"; y a través del día me recordaré el no juzgar.
2. Haré un compromiso para mantener la riqueza circulando en mi vida al dar y recibir los regalos más preciados de la vida: los regalos de cuidados, afecto, aprecio y amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé silenciosamente felicidad, alegría y regocijo.
3. Le pediré a mi corazón que me guíe y me dejaré guiar por sus mensajes de bienestar y malestar. Si me siento cómodo con mi decisión, me entregaré a ella. Si mi decisión me produce malestar, me detendré a ver las consecuencias de mi acción con mi visión interna. Esta guía me permitirá tomar decisiones espontáneamente correctas para mí y para los que me rodean.
4. Hoy mi conciencia se mantendrá establecida en la no defensa. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré necesidad de convencer a otros de aceptar mi punto de vista. Me mantendré abierto a cualquier punto de vista y no me apegaré con rigidez a ninguno de ellos.
5. Me recordaré el practicar conciencia del momento presente en todas mis acciones. Me negaré a permitir obstáculos que consuman y disipen la calidad de mi atención en el momento presente. Aceptaré el presente como es, y manifestaré el futuro a través de mis más profundas y amadas intenciones y deseos.
6. Hoy me comprometeré a no tener apego. Me permitiré y permitiré a aquellos alrededor mío libertad de ser como son. No impondré con rigidez mi idea de cómo deben ser las cosas. No forzaré soluciones a los problemas, para no crear más problemas. Participaré en todo con total desapego.
7. A Diario preguntaré: "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo ayudar?" La respuesta a estas preguntas me permitirá ayudar y servir a mi prójimo con amor. Amén
2. Haré un compromiso para mantener la riqueza circulando en mi vida al dar y recibir los regalos más preciados de la vida: los regalos de cuidados, afecto, aprecio y amor. Cada vez que me encuentre con alguien, le desearé silenciosamente felicidad, alegría y regocijo.
3. Le pediré a mi corazón que me guíe y me dejaré guiar por sus mensajes de bienestar y malestar. Si me siento cómodo con mi decisión, me entregaré a ella. Si mi decisión me produce malestar, me detendré a ver las consecuencias de mi acción con mi visión interna. Esta guía me permitirá tomar decisiones espontáneamente correctas para mí y para los que me rodean.
4. Hoy mi conciencia se mantendrá establecida en la no defensa. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré necesidad de convencer a otros de aceptar mi punto de vista. Me mantendré abierto a cualquier punto de vista y no me apegaré con rigidez a ninguno de ellos.
5. Me recordaré el practicar conciencia del momento presente en todas mis acciones. Me negaré a permitir obstáculos que consuman y disipen la calidad de mi atención en el momento presente. Aceptaré el presente como es, y manifestaré el futuro a través de mis más profundas y amadas intenciones y deseos.
6. Hoy me comprometeré a no tener apego. Me permitiré y permitiré a aquellos alrededor mío libertad de ser como son. No impondré con rigidez mi idea de cómo deben ser las cosas. No forzaré soluciones a los problemas, para no crear más problemas. Participaré en todo con total desapego.
7. A Diario preguntaré: "¿Cómo puedo servir?" y "¿Cómo puedo ayudar?" La respuesta a estas preguntas me permitirá ayudar y servir a mi prójimo con amor. Amén
CUANDO LA VIDA NO TE SEA FACIL
Cuando la vida no te sea fácil,
recuerda siempre esto. . .
Que sepas, en tu corazón, que
hay otros que nunca te olvidan.
Que siempre encuentres un arco iris
después de una tormenta.
Que celebres las cosas maravillosas
que hay en ti.
Y cuando llegue el mañana, que
puedas comenzar de nuevo.
Que recuerdes cuántas sonrisas
pueden llenar un día.
Que creas que tus anhelos
serán una realidad.
Que encuentres tiempo
para apreciar la vida
y tiempo para compartir
tu belleza espiritual.
Que veas tu presente como un regalo,
y tu futuro como otro más.
Que agregues una página dorada
al diario de cada nuevo día,
y que puedas convertir
"La felicidad eterna"
en eterna felicidad.
Y que siempre sigas sembrando
las semillas de tu sueños.
Porque si sigues creyendo en ellos,
tus sueños seguirán tratando
de florecer en ti.
recuerda siempre esto. . .
Que sepas, en tu corazón, que
hay otros que nunca te olvidan.
Que siempre encuentres un arco iris
después de una tormenta.
Que celebres las cosas maravillosas
que hay en ti.
Y cuando llegue el mañana, que
puedas comenzar de nuevo.
Que recuerdes cuántas sonrisas
pueden llenar un día.
Que creas que tus anhelos
serán una realidad.
Que encuentres tiempo
para apreciar la vida
y tiempo para compartir
tu belleza espiritual.
Que veas tu presente como un regalo,
y tu futuro como otro más.
Que agregues una página dorada
al diario de cada nuevo día,
y que puedas convertir
"La felicidad eterna"
en eterna felicidad.
Y que siempre sigas sembrando
las semillas de tu sueños.
Porque si sigues creyendo en ellos,
tus sueños seguirán tratando
de florecer en ti.
Wednesday, September 18, 2013
LA CARTA QUE JESUS ME HIZO REDACTAR
En cierta ocasión estando al lado de Jesús, me dijo: Hermano, debes escribir esto para quien lo necesite. Y tomé dictado de esto que hoy te brindo...
“Hola hermano, ¿Me recuerdas? Soy yo, Jesucristo, aquel hijo de Dios que dio su vida por tu alma, pero más que eso, soy tu hermano, el que te brinda la luz del mundo, y te guía cuando te sientes en penumbra...”
“Sabes, desde donde me encuentro, te miro constantemente, siempre estás bajo mi velo y jamás te aparto de mi, aún cuando te empeñas en salir de mi rebaño, con todo mi infinito amor te recojo y te vuelvo a mi padre...”
“Hoy te he visto un tanto preocupado, sabes, conozco tu corazón, he visto en ti lo que te acongoja y que te tiene así, y hoy que estás en este estado de tranquilidad aparente, quisiera decirte algo, yo con mi infinito amor, y con la ternura que me deja el padre darte como mi amado hermano, te digo lo que he visto en ti y que quizás te tenga así...”
“He visto que te esfuerzas tanto por estar en mi gracia, que te has dejado cegar en varias ocasiones y entre tanto te desvías del camino que te he marcado...”
“Si, no me mires con esa cara de extrañeza, se que te parece has cumplido con todo lo que te he encomendado durante tu camino, pero recuerda que los excesos son malos para los seres humanos, pues su imperfección los lleva a desviarse con facilidad... recuerda... yo te dije ‘si alguien te pide andar un kilómetro, anda con él dos’ pero no por ello harás por ir con él hasta su destino, porque aquel que no deja seguir el camino de su prójimo, le hace mas daño por hacerlo dependiente, y mas vulnerable a las tentaciones del diablo.”
“Yo te dije ‘quién si su hijo le pide pan, le da una piedra’ Mas si no le darás una piedra, tampoco lo deleites con un banquete pues tu eres su hermano, y como tal está en ti protegerlo, no mimarlo, si tu le das todo, que será de él cuando tengas que alejarte, lo harás inútil y no sabrá él mismo como servir a su prójimo.”
“Yo te dije ‘aquel que crea en mi, déjelo todo y sígame’, pero no por eso se lo darás al primero que te salga al camino, recuerda yo te pongo en el camino a la gente que te necesita, pero Satanás que tiene libre potestad sobre lo terrenal, también te pone trampas, si tu le das todo a uno solo, no crees que lo haces peor, pues no se lo habrá sabido ganar, ayúdalo, bríndale lo que necesita mas no en derroche, pues si se sabe ayudar, yo mismo le daré los dones que se gane siete veces más.”
“Yo te dije, ‘el sano no requiere médico, sino el enfermo’ pero ningún médico va en busca del enfermo, el enfermo es quien en su libertad decide ir al médico, no busques tu a quien debes ayudar, ni te aferres a quienes no quieren cambiar, yo se bien quienes son los indicados para que solo tu los puedas ayudar, deja que yo te los envíe, no los busques.”
“¿Recuerdas como viví yo? Siempre valoré al ser humano, a mis hermanos, pero ante todo me supe valorar a mi, y no fue por vanidad que me puse ante el mundo como hijo de Dios, sino porque para poder darle valor a un prójimo, debo primero darme valor yo mismo”
“¿Cómo es posible? Imagina, tu eres un constructor salido de universidad, el día que tu hagas una casa, ¿De quien te sentirás mas halagado al darte un cumplido, de un albañil o de un constructor reconocido? Pues así es también para tu prójimo, ¿Cómo crees que valore él su vida más? ¿Diciéndoselo un hermano que se valora a si mismo, o que se pierde disminuyéndose a si mismo?”
“No mal interpretes mis palabras ‘los últimos serán los primeros’ Los últimos en entender, son los primeros en lamentarse, pero también los últimos en rendirse son los primeros en ver el fruto de sus logros, no te rindas, no claudiques pero no quieras comerte al mundo en 6 días... ¿Comprendes?”
“Importante sobre todo, en ese enunciado... ‘los últimos en los que piensas normalmente son los primeros en quienes debes de pensar’... Dime en tu afán por ayudar, ¿Quiénes son los últimos en quienes piensas ayudar? Así es, tu familia, te afanas tanto en salvar al mundo que olvidas que tu mundo comenzó por tu familia.”
“No olvides el mayor ejemplo que te di, dediqué 30 años de mi vida a la familia, y solo 3 años a salvar al mundo, no es casualidad; todo lo que viví fue enseñanza, esta en ti aprender, no quieras ver, si no mas bien dedícate a observar... esa es la respuesta.”
“Hermano mío, mi corazón está contigo y estaré todos los días de tu vida a tu lado, no creas que me olvido de ti, y se que lo que haces, lo haces pensando siempre que es en mi nombre... pero recuerda que la primordial enseñanza que te pude dejar fue:”
“Yo estoy contigo, mi corazón, mi conciencia, mi espíritu está en ti, busca la respuesta en tu corazón, ábrete a las soluciones que te dejo en el mundo, mi voz está en el aire, mis ejemplos en la naturaleza, mi consuelo en la brisa y en las nubes que te brindan cobijo del sol que te quema, no estás solo, yo te hablo cada día de tu vida, esta solo en ti querer escucharme...”
“Hola hermano, ¿Me recuerdas? Soy yo, Jesucristo, aquel hijo de Dios que dio su vida por tu alma, pero más que eso, soy tu hermano, el que te brinda la luz del mundo, y te guía cuando te sientes en penumbra...”
“Sabes, desde donde me encuentro, te miro constantemente, siempre estás bajo mi velo y jamás te aparto de mi, aún cuando te empeñas en salir de mi rebaño, con todo mi infinito amor te recojo y te vuelvo a mi padre...”
“Hoy te he visto un tanto preocupado, sabes, conozco tu corazón, he visto en ti lo que te acongoja y que te tiene así, y hoy que estás en este estado de tranquilidad aparente, quisiera decirte algo, yo con mi infinito amor, y con la ternura que me deja el padre darte como mi amado hermano, te digo lo que he visto en ti y que quizás te tenga así...”
“He visto que te esfuerzas tanto por estar en mi gracia, que te has dejado cegar en varias ocasiones y entre tanto te desvías del camino que te he marcado...”
“Si, no me mires con esa cara de extrañeza, se que te parece has cumplido con todo lo que te he encomendado durante tu camino, pero recuerda que los excesos son malos para los seres humanos, pues su imperfección los lleva a desviarse con facilidad... recuerda... yo te dije ‘si alguien te pide andar un kilómetro, anda con él dos’ pero no por ello harás por ir con él hasta su destino, porque aquel que no deja seguir el camino de su prójimo, le hace mas daño por hacerlo dependiente, y mas vulnerable a las tentaciones del diablo.”
“Yo te dije ‘quién si su hijo le pide pan, le da una piedra’ Mas si no le darás una piedra, tampoco lo deleites con un banquete pues tu eres su hermano, y como tal está en ti protegerlo, no mimarlo, si tu le das todo, que será de él cuando tengas que alejarte, lo harás inútil y no sabrá él mismo como servir a su prójimo.”
“Yo te dije ‘aquel que crea en mi, déjelo todo y sígame’, pero no por eso se lo darás al primero que te salga al camino, recuerda yo te pongo en el camino a la gente que te necesita, pero Satanás que tiene libre potestad sobre lo terrenal, también te pone trampas, si tu le das todo a uno solo, no crees que lo haces peor, pues no se lo habrá sabido ganar, ayúdalo, bríndale lo que necesita mas no en derroche, pues si se sabe ayudar, yo mismo le daré los dones que se gane siete veces más.”
“Yo te dije, ‘el sano no requiere médico, sino el enfermo’ pero ningún médico va en busca del enfermo, el enfermo es quien en su libertad decide ir al médico, no busques tu a quien debes ayudar, ni te aferres a quienes no quieren cambiar, yo se bien quienes son los indicados para que solo tu los puedas ayudar, deja que yo te los envíe, no los busques.”
“¿Recuerdas como viví yo? Siempre valoré al ser humano, a mis hermanos, pero ante todo me supe valorar a mi, y no fue por vanidad que me puse ante el mundo como hijo de Dios, sino porque para poder darle valor a un prójimo, debo primero darme valor yo mismo”
“¿Cómo es posible? Imagina, tu eres un constructor salido de universidad, el día que tu hagas una casa, ¿De quien te sentirás mas halagado al darte un cumplido, de un albañil o de un constructor reconocido? Pues así es también para tu prójimo, ¿Cómo crees que valore él su vida más? ¿Diciéndoselo un hermano que se valora a si mismo, o que se pierde disminuyéndose a si mismo?”
“No mal interpretes mis palabras ‘los últimos serán los primeros’ Los últimos en entender, son los primeros en lamentarse, pero también los últimos en rendirse son los primeros en ver el fruto de sus logros, no te rindas, no claudiques pero no quieras comerte al mundo en 6 días... ¿Comprendes?”
“Importante sobre todo, en ese enunciado... ‘los últimos en los que piensas normalmente son los primeros en quienes debes de pensar’... Dime en tu afán por ayudar, ¿Quiénes son los últimos en quienes piensas ayudar? Así es, tu familia, te afanas tanto en salvar al mundo que olvidas que tu mundo comenzó por tu familia.”
“No olvides el mayor ejemplo que te di, dediqué 30 años de mi vida a la familia, y solo 3 años a salvar al mundo, no es casualidad; todo lo que viví fue enseñanza, esta en ti aprender, no quieras ver, si no mas bien dedícate a observar... esa es la respuesta.”
“Hermano mío, mi corazón está contigo y estaré todos los días de tu vida a tu lado, no creas que me olvido de ti, y se que lo que haces, lo haces pensando siempre que es en mi nombre... pero recuerda que la primordial enseñanza que te pude dejar fue:”
“Yo estoy contigo, mi corazón, mi conciencia, mi espíritu está en ti, busca la respuesta en tu corazón, ábrete a las soluciones que te dejo en el mundo, mi voz está en el aire, mis ejemplos en la naturaleza, mi consuelo en la brisa y en las nubes que te brindan cobijo del sol que te quema, no estás solo, yo te hablo cada día de tu vida, esta solo en ti querer escucharme...”
DUDAS
Mateo 14:31-32: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.”
Un hombre se estaba vistiendo en su recámara en la parte trasera de su casa, mientras su esposa conversaba con una amiga en la sala. Él llamó a su esposa y le preguntó: “Querida, ¿crees que esta camisa esté limpia como para ponérmela?” Sin pensarlo ella respondió: “No.” Él le dijo: “¿Cómo sabes que no está lo suficientemente limpia para ponérmela si ni siquiera viniste a verla?” Ella le contestó: “Si tuviste que preguntarme, es porque está sucia.”
Cuando nosotros preguntamos si deberíamos hacer algo o no, si tenemos dudas, entonces es mejor no hacerlo. Debemos tomarnos el tiempo de preguntarle a Dios, y esperar su respuesta.
¿Tiene dudas acerca de algo? Si usted posee aunque sea la más mínima duda en su corazón si eso es pecado o conlleva al pecado, sea fuerte y escoja decir “no”. El Señor le dará paz.
—Adrián Rogers
Un hombre se estaba vistiendo en su recámara en la parte trasera de su casa, mientras su esposa conversaba con una amiga en la sala. Él llamó a su esposa y le preguntó: “Querida, ¿crees que esta camisa esté limpia como para ponérmela?” Sin pensarlo ella respondió: “No.” Él le dijo: “¿Cómo sabes que no está lo suficientemente limpia para ponérmela si ni siquiera viniste a verla?” Ella le contestó: “Si tuviste que preguntarme, es porque está sucia.”
Cuando nosotros preguntamos si deberíamos hacer algo o no, si tenemos dudas, entonces es mejor no hacerlo. Debemos tomarnos el tiempo de preguntarle a Dios, y esperar su respuesta.
¿Tiene dudas acerca de algo? Si usted posee aunque sea la más mínima duda en su corazón si eso es pecado o conlleva al pecado, sea fuerte y escoja decir “no”. El Señor le dará paz.
—Adrián Rogers
EL RUIDO DEL ALMA
Ira. Es fácil definir: el ruido del alma.
Ira. El irritante invisible del corazón.
Ira. El despiadado invasor del silencio.
Cuanto más fuerte se hace, más nos desesperamos.
Algunos estarán pensando: No tienes idea de lo difícil que ha sido mi vida. Y tienes razón, no la tengo.
Pero sí tengo una idea muy clara de lo desdichado que será tu futuro a menos que logres dominar tu ira.
Toma una radiografía del mundo del vengativo y contemplarás un tumor de amargura: negro, amenazante, maligno. Carcinoma del espíritu.
Sus fibras fatales trepan alrededor del corazón y lo destruyen.
El ayer no lo puedes alterar, pero tu reacción ante el ayer sí.
El pasado no lo puedes cambiar, pero tu reacción a tu pasado sí.
Nunca dejes que el ruido del alma te impida disfrutar del silencio del espíritu. Es en el silencio de la quietud espiritual cuando podemos escuchar la susurrante voz del Maestro. Sòlo se escucha cuando ya hemos desterrado el ruido del alma...La Ira.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni dèis lugar al diablo. Efesios 4.26-27
Mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Santiago 1:19-20.
Ira. El irritante invisible del corazón.
Ira. El despiadado invasor del silencio.
Cuanto más fuerte se hace, más nos desesperamos.
Algunos estarán pensando: No tienes idea de lo difícil que ha sido mi vida. Y tienes razón, no la tengo.
Pero sí tengo una idea muy clara de lo desdichado que será tu futuro a menos que logres dominar tu ira.
Toma una radiografía del mundo del vengativo y contemplarás un tumor de amargura: negro, amenazante, maligno. Carcinoma del espíritu.
Sus fibras fatales trepan alrededor del corazón y lo destruyen.
El ayer no lo puedes alterar, pero tu reacción ante el ayer sí.
El pasado no lo puedes cambiar, pero tu reacción a tu pasado sí.
Nunca dejes que el ruido del alma te impida disfrutar del silencio del espíritu. Es en el silencio de la quietud espiritual cuando podemos escuchar la susurrante voz del Maestro. Sòlo se escucha cuando ya hemos desterrado el ruido del alma...La Ira.
Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni dèis lugar al diablo. Efesios 4.26-27
Mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Santiago 1:19-20.
NO PRETENDAMOS OBLIGAR A DIOS A HACER LO QUE SE NOS OCURRA
40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,
44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
El relato de Marcos 1,40-45 del leproso que se acerca a Jesús y pide ser sanado nos da cuatro actitudes muy valiosas para enfrentar las situaciones de dificultad y de adversidad que podemos tener.
1. Necesitamos acercarnos a Jesús (40), es necesario salir de nuestra comodidad e irlo a buscar, abrir el corazón y encontrarlo, saltar las barreras que la vida nos coloca y estrechar su mano. Lejos de Él no podemos hacer nada pero cerca de El podemos entender la razón de ser de cada una de las experiencias que estamos viviendo.
2. Adorarlo (40) el leproso se pone de rodillas y de esta manera acepta que está frente al Señor, ante el dueño de la vida. No te acercas a él como te puedes acercar a cualquier otra persona. Él es el que tiene el poder para hacerte nuevo y darte la salud que tanto estás buscando.
3. Reconoces su Voluntad (40), no pretendamos obligar a Dios a hacer lo que a nosotros se nos ocurra, no son nuestros caprichos los que tienen que realizarse. Nosotros abrimos el corazón y le decimos que aceptamos lo que El decida para nosotros porque además sabemos que lo que El decida siempre es lo mejor para nosotros. Para ello hay que ser totalmente disponible y ser dóciles a los que Dios quiera hacer en nosotros.
4. Declaramos su poder (40) y nos acogemos a Él. Estamos muy acostumbrados a ponerle a Dios nuestras propias limitaciones y a creer que Él no puede hacer lo que nosotros no podemos hacer, pero eso no está bien, Dios es Dios y puede hacer lo que nosotros menos imaginamos. Para El no hay nada imposible pero se hará su voluntad y no la nuestra.
Creo que estas 4 actitudes nos ayudan a enfrentar dificultades. Seguro que no solucionan los problemas de manera mágica pero si nos muestra cómo comportarnos frente a ellas. Es la actitud de un creyente que sabe que Dios lo ama y que quiere siempre lo mejor. Estoy seguro que si actuamos así superaremos todos los problemas y podremos ser dichosos en el Señor.
—P. Alberto Linero Gómez
41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,
44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
El relato de Marcos 1,40-45 del leproso que se acerca a Jesús y pide ser sanado nos da cuatro actitudes muy valiosas para enfrentar las situaciones de dificultad y de adversidad que podemos tener.
1. Necesitamos acercarnos a Jesús (40), es necesario salir de nuestra comodidad e irlo a buscar, abrir el corazón y encontrarlo, saltar las barreras que la vida nos coloca y estrechar su mano. Lejos de Él no podemos hacer nada pero cerca de El podemos entender la razón de ser de cada una de las experiencias que estamos viviendo.
2. Adorarlo (40) el leproso se pone de rodillas y de esta manera acepta que está frente al Señor, ante el dueño de la vida. No te acercas a él como te puedes acercar a cualquier otra persona. Él es el que tiene el poder para hacerte nuevo y darte la salud que tanto estás buscando.
3. Reconoces su Voluntad (40), no pretendamos obligar a Dios a hacer lo que a nosotros se nos ocurra, no son nuestros caprichos los que tienen que realizarse. Nosotros abrimos el corazón y le decimos que aceptamos lo que El decida para nosotros porque además sabemos que lo que El decida siempre es lo mejor para nosotros. Para ello hay que ser totalmente disponible y ser dóciles a los que Dios quiera hacer en nosotros.
4. Declaramos su poder (40) y nos acogemos a Él. Estamos muy acostumbrados a ponerle a Dios nuestras propias limitaciones y a creer que Él no puede hacer lo que nosotros no podemos hacer, pero eso no está bien, Dios es Dios y puede hacer lo que nosotros menos imaginamos. Para El no hay nada imposible pero se hará su voluntad y no la nuestra.
Creo que estas 4 actitudes nos ayudan a enfrentar dificultades. Seguro que no solucionan los problemas de manera mágica pero si nos muestra cómo comportarnos frente a ellas. Es la actitud de un creyente que sabe que Dios lo ama y que quiere siempre lo mejor. Estoy seguro que si actuamos así superaremos todos los problemas y podremos ser dichosos en el Señor.
—P. Alberto Linero Gómez
NO VOY A PERDONAR
Puedo perdonar, pero no olvidar, es solo otra forma de decir: No voy a perdonar.
El perdón debe ser como una nota de cancelación, rota en dos pedazos y quemada, así nunca se podrá mostrar en contra.
Cuando haga un compromiso de perdonar a otra persona, pida al señor que le sana del impacto que el hecho hizo en su vida.
Perdone, olvide y empiece de nuevo.
Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros perdonándonos unos a otros como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo.
Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.
El perdón debe ser como una nota de cancelación, rota en dos pedazos y quemada, así nunca se podrá mostrar en contra.
Cuando haga un compromiso de perdonar a otra persona, pida al señor que le sana del impacto que el hecho hizo en su vida.
Perdone, olvide y empiece de nuevo.
Efesios 4:32
Antes sed benignos unos con otros perdonándonos unos a otros como Dios también nos perdonó a nosotros en Cristo.
Mateo 6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus transgresiones, también vuestro Padre celestial os perdonará a vosotros.
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