40 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio.
43 Entonces le encargó rigurosamente, y le despidió luego,
44 y le dijo: Mira, no digas a nadie nada, sino ve, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que Moisés mandó, para testimonio a ellos.
45 Pero ido él, comenzó a publicarlo mucho y a divulgar el hecho, de manera que ya Jesús no podía entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera en los lugares desiertos; y venían a él de todas partes.
El relato de Marcos 1,40-45 del leproso que se acerca a Jesús y pide ser sanado nos da cuatro actitudes muy valiosas para enfrentar las situaciones de dificultad y de adversidad que podemos tener.
1. Necesitamos acercarnos a Jesús (40), es necesario salir de nuestra comodidad e irlo a buscar, abrir el corazón y encontrarlo, saltar las barreras que la vida nos coloca y estrechar su mano. Lejos de Él no podemos hacer nada pero cerca de El podemos entender la razón de ser de cada una de las experiencias que estamos viviendo.
2. Adorarlo (40) el leproso se pone de rodillas y de esta manera acepta que está frente al Señor, ante el dueño de la vida. No te acercas a él como te puedes acercar a cualquier otra persona. Él es el que tiene el poder para hacerte nuevo y darte la salud que tanto estás buscando.
3. Reconoces su Voluntad (40), no pretendamos obligar a Dios a hacer lo que a nosotros se nos ocurra, no son nuestros caprichos los que tienen que realizarse. Nosotros abrimos el corazón y le decimos que aceptamos lo que El decida para nosotros porque además sabemos que lo que El decida siempre es lo mejor para nosotros. Para ello hay que ser totalmente disponible y ser dóciles a los que Dios quiera hacer en nosotros.
4. Declaramos su poder (40) y nos acogemos a Él. Estamos muy acostumbrados a ponerle a Dios nuestras propias limitaciones y a creer que Él no puede hacer lo que nosotros no podemos hacer, pero eso no está bien, Dios es Dios y puede hacer lo que nosotros menos imaginamos. Para El no hay nada imposible pero se hará su voluntad y no la nuestra.
Creo que estas 4 actitudes nos ayudan a enfrentar dificultades. Seguro que no solucionan los problemas de manera mágica pero si nos muestra cómo comportarnos frente a ellas. Es la actitud de un creyente que sabe que Dios lo ama y que quiere siempre lo mejor. Estoy seguro que si actuamos así superaremos todos los problemas y podremos ser dichosos en el Señor.
—P. Alberto Linero Gómez
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