Friday, October 3, 2014

NO DESCUIDES TU MISION

Un embajador es el representante de un determinado país ante otro, o ante una organización internacional. A éste se le concede un estatus funcional especial e inmunidad diplomática. Este funcionario se encarga de atender los asuntos de interés estatal entre el país representado y el país en el que se encuentra. Dichos asuntos diplomáticos pueden ser de índole político, económico, financiero, comercial, militar, turístico, cultural, etc.

Nosotros como hijos de Dios, de igual manera somos sus embajadores acá en la tierra, como dice 2 Corintios 5:20 “Así que somos embajadores de Cristo; Dios hace su llamado por medio de nosotros. Hablamos en nombre de Cristo”. La gran comisión que nos dejó es: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Marcos 16:15-16

Cada uno de nosotros debe ser más consciente de la misión que Jesús nos encomendó, porque se trata de la salvación de muchas personas, las cuales a través de nuestro testimonio decidirán recibir a Jesucristo en su corazón como su único Señor y Salvador.

Esforcémonos cada día por ser hombres y mujeres íntegros, que digan siempre la verdad; seamos honestos, responsables, justos, misericordiosos y serviciales. Que no sea necesario decir que somos cristianos para que las personas se den cuenta que somos diferentes, sino que nuestras acciones demuestren el cambio que Dios hizo en nosotros y podamos compartir con ellos de ese mismo amor que recibimos de Él.

¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Romanos 10:14 (RVR 1960)

Solo mantiene silencio la persona que no ha tenido un encuentro personal con Dios y no ha conocido su amor y poder. Pero aquella que ha recibido su perdón, consuelo, paz y fortaleza, exalta y glorifica su nombre todos los días.

No hagamos sólo lo que es mejor para nosotros, sino lo que es mejor para otros a fin de que sean salvos. Hagamos todo para la gloria de Dios.

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