Un zorro astuto se movía alrededor de un pueblo en busca de alimento. Era de noche pero fácilmente encontró el gallinero y examinó el lugar con detalle. Encontró una gallina durmiendo perdida fuera del gallinero. Ella no podía entrar en el gallinero porque el granjero descuidado había cerrado antes de que la gallina pudiera alcanzarlo. El zorro se dispuso a saltar sobre la gallina.
Despertada por el movimiento de la zorra, la gallina abrió los ojos. Ella sintió que su fin estaba seguro y así hizo un último intento por salvar su vida.
Ella rogó al zorro: “Señor zorro, estoy dispuesta a morir y ser su comida, pero concédeme amablemente mi último deseo antes de matarme."
El zorro le preguntó con enojo: "Rápido. ¿Qué quieres?" La gallina suplicó: "Yo sé que tú eres el mejor cantante en el bosque. Me gustaría escuchar tu música melodiosa antes de que muera." El zorro se sintió halagado. Se sentó en sus patas, abrió la boca con gracia y empezó a aullar feliz, disfrutando de la melodía de su música, moviendo sus patas delanteras rítmicamente en el aire. Unos momentos pasaron y al escuchar el aullido, todos los perros de la zona acudieron al lugar y se lanzaron sobre el zorro. El zorro huyó por su vida a toda velocidad. Los pollos en el cobertizo elogiaron la inteligencia, el ingenio y el coraje de la gallina.
La inteligencia combinada con ingenio conduce al éxito en la vida.
Jesús envió a sus discípulos como misioneros con el siguiente consejo: "He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas." Mateo 10:16
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