Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. - Mateo 15:18
Un pastor jubilado, regresaba a su casa alrededor de la medianoche cuando se encontró con un motorista cubierto de aceite y con la cara roja de ira. Al detener el coche, el pastor le preguntó cómo podía ayudar. El hombre preguntó si lo podia llevar e inmediatamente soltó una andanada de malas palabras. Cuando terminó, preguntó al pastor que estaba haciendo tan tarde. Cuando él le dijo que era un pastor regresando a casa después de algunas reuniones de evangelización, el hombre avergonzado preguntó al pastor por qué no lo detuvo cuando estaba hablando mal. El pastor respondió: "Su problema no es la boca. Es tu corazón. "Y procedió a compartir con el hombre quien era Jesús y lo que significa ser uno de sus seguidores.
Algún tiempo después, cuando el pastor contó esta historia, el preguntó: "¿De qué otra manera deberíamos haber esperado que el hablara?"
Recuerde, lo que sale de la boca es un reflejo de la condición del corazón.
El corazón de un hombre bueno es el santuario de Dios en este mundo. -Madame Necker (1766-1841)
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