Wednesday, June 5, 2013

DIOS ES LUZ

DIOS ES LUZ
6 Si decimos que tenemos comunión con él y andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad.
7 Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado.
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso y su palabra no está en nosotros.1 Juan 1:6-10

Los falsos maestros no solo negaban que el pecado quebraba la relación con Dios (1 Juan 1:6) y que ellos tenían una naturaleza no pecaminosa (1 Juan 1:8), sino que sin importar lo que hicieron, no cometían pecado (1 Juan 1: 10). Esto es una mentira que pasa por alto una verdad fundamental; todos somos pecadores por naturaleza y por obra. Al convertirnos, son perdonados todos nuestros pecados pasados, presentes y futuros. Más aun después de llegar a ser cristianos, todavía pecamos y debemos confesar a Dios en oración. Esa clase de confesión no es ganar la aceptación de Dios, sino quitar la barrera de comunión que nuestro pecado ha puesto entre nosotros y El. Sin embargo es difícil para muchos admitir sus faltas y negligencia, aun delante de Dios. Requiere humildad y sinceridad reconocer nuestras debilidades, y la mayoría de nosotros pretende en cambio ser fuertes. No debemos temer revelar nuestros pecados a Dios; El ya los conoce. El no nos apartará, no importa lo que hagamos. Por el contrario, apartará nuestro pecado y nos atraerá hacia El.

La confesión tiene el propósito de librarnos para que disfrutemos de la comunión con Cristo. Eso debiera darnos tranquilidad de conciencia y calmar nuestras inquietudes. Pero muchos cristianos no entienden cómo funciona eso. Se sienten tan culpables que confiesan los mismos pecados una y otra vez, y luego se preguntan si habrían olvidado algo. Otros cristianos creen que Dios perdona cuando uno confiesa sus pecados, pero si mueren con pecados no perdonados podrían estar perdidos para siempre. Estos cristianos no entienden que Dios quiere perdonarnos. Permitió que su Hijo amado muriera a fin de ofrecernos su perdón. Cuando acudimos a Cristo, El nos perdona todos los pecados cometidos o que alguna vez cometeremos. No necesitamos confesar los pecados del pasado otra vez y no necesitamos temer que nos echará fuera si nuestra vida no está perfectamente limpia. Desde luego que deseamos confesar nuestros pecados en forma continua pero no porque pensemos que las faltas que cometemos nos harán perder nuestra salvación. Nuestra relación con Cristo es segura. Sin embargo debemos confesar nuestros pecados para que podamos disfrutar el máximo de nuestra comunión y gozo con El.

La verdadera confesión también implica la decisión de no seguir pecando. No confesamos genuinamente nuestros pecados delante de Dios si planeamos cometer el pecado otra vez y buscamos un perdón temporal. Debemos orar pidiendo fortaleza para derrotar la tentación la próxima vez que aparezca.

Si Dios ha perdonado nuestros pecados por la muerte de Cristo; ¿por qué debemos confesar nuestros pecados? Al admitir nuestro pecado y recibir la limpieza de Cristo:
1- Acordamos con Dios en que nuestro pecado es de veras pecado y que deseamos abandonarlo.
2- Nos aseguramos de no ocultarle nuestros pecados, y en consecuencia no ocultarlos de nosotros mismos.
3- Y que reconocemos nuestra tendencia a pecar y nuestra dependencia de su poder para vencer el pecado.

No comments:

Post a Comment

Gracias por visitarnos. Sigue visitando la página e invita a otros a visitarla también. Dios le bendiga.

Note: Only a member of this blog may post a comment.