Cuando te lavantabas esta mañana, te observaba y esperaba que me hablaras, aunque fuera unas cuantas palabras, preguntando mi opinion o agradeciendome por algo bueno que te haya sucedido ayer.
Pero noté que estabas muy ocupado buscando la ropa adecuada para ponerte e ir al trabajo.
Seguí esperando de nuevo, mientras corrías por la casa arreglándote, supe que habría unos cuantos minutos para que te detuvieras y me dijeras. ¡¡¡Hola!!!, pero estabas demasiado ocupado.
Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y esperé pacientemente todo el dia.
Con todas tus actividades supongo que estabas demasiado ocupado(a) para decirme algo.
Pero está bién, aún queda mucho tiempo.
Después encendiste el televisor, espere pacientemente, mientras veias el televisor, cenabas, pero nuevamente te olvidaste de hablar conmigo y nada.
A la hora de dormir, creo que ya estabas muy cansado(a) . Después de decirle buenas noches a tu familia, caíste en tu cama y casi de inmediato te dormiste, no hay problema, porque quizás no te das cuenta de que siempre estoy ahi para ti.
Tengo más paciencia de la que te imaginas.
También quisiera enseñarte cómo tener paciencia para con otros. Te amo tanto que espero todos los días por una oración, un pensamiento o un poco de gratitud de tu corazón.
Bueno, te estás levantando de nuevo, y otra vez esperaré sin nada más que mi amor por ti, esperando que el día de hoy me dediques un poco de tiempo.
¡¡¡Que tengas un buen día!!!
Tu amigo:
Jesús.
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