LOS PÁJAROS HERMOSOS

Dos loros jóvenes y bonitos estaban sentados en la rama más alta de un árbol. Ellos comenzaron una pelea. Cada uno de ellos afirmó que era más elegante que el otro. Argumentaron airadamente y estaban a punto de atacarse mutuamente físicamente. Entonces oyeron una llamada cariñosa desde una rama inferior del mismo árbol.

Un gato astuto estaba sentado allí, observando el conflicto cuidadosamente con intenso interés. Él trató de consolar a los pájaros con sus palabras aparentemente agradables. "No peleen entre si, mis queridos pájaros", les dijo. "les diré quién es más hermoso. Vamos a tener un concurso de belleza. Yo seré su juez. Por favor vengan cerca de mí para que yo pueda examinarlos con claridad y pronunciar mi justo juicio."

Entusiasmados al oír esta oferta, los pájaros tontos avanzaron hacia el gato. Estaban ciegos de envidia y enemistad y no podían darse cuenta del verdadero propósito del gato astuto. De repente, la madre loro llegó a la escena. Ella sintió el peligro inminente y de inmediato empujó a los jóvenes loros lejos. Ella le dio una severa advertencia a ellos para  que volaran lejos.

Sentados con seguridad en la rama más alta, ella convenció a los loros de que el gato en realidad planeaba lanzarse sobre ellos y comerlos tan pronto como ellos se acercaran a él. Ellos se dieron cuenta de su error y dieron un suspiro de alivio. Dieron las gracias a su madre por llegar a tiempo para salvarlos. Ellos se sintieron muy mal por la pérdida de su juicio, por su ignorancia y arrogancia. La madre los llamó a ellos cerca de su cuerpo y les dijo cariñosamente: "Escuchen, hijos, ambos son igualmente hermosos. Trate de amarse y apreciarse uno al otro. Nada se gana por un argumento."

Jesús enseñó que la verdadera belleza es un don de Dios: ¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? Mateo 6: 28-30 NVI

Dios es el que viste la hierba salvaje.

El apóstol Pedro nos enseña: Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios. 1 Pedro 3:3,4