Friday, January 10, 2014

¡CUIDADO!

Augusto, virtuoso ciudadano romano, tenía una hija muy hermosa, llamada Marcia, y ésta le pidió permiso para visitar a una mujer mundana llamada Lucina.

--No puedo permitírtelo --dijo el padre.

--¿Me crees demasiado débil? --replicó la hija indignada.

Augusto cogió un carbón apagado y pidió a su hija que lo tomara en la mano, pero ésta vacilaba en hacerlo.

--Cógelo, hija mía, no te quemarás.

Obedeció Marcia, y la blancura de su mano se vio inmediatamente manchada.

--Padre, hay que tener cuidado para manejar carbones --dijo de mal humor Marcia.

--Es verdad --dijo el padre solemnemente --porque aunque no queman, tiznan. Y lo mismo ocurre con las malas compañías y conversaciones.

No comments:

Post a Comment

Gracias por visitarnos. Sigue visitando la página e invita a otros a visitarla también. Dios le bendiga.

Note: Only a member of this blog may post a comment.