REFLEXION

1 Samuel 17:33-37
33 "Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. 

34 David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, 

35 salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. 

36 Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. 

37 Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová esté contigo.”

Así como el diablo te debilita a ti con los casos legales, con el cáncer, con el divorcio, cuando te dice que vas a morir en ese hospital o en esa cárcel. Goliat debilitaba al pueblo de Dios. Pero fue suficiente que un leal y obediente como David, pequeño, pero veloz e inteligente confiara en Dios y fuera en su nombre a rescatar lo que le pertenecía a los suyos.

¿Qué te ha robado satanás? ¿En qué área te ha debilitado?  Saca tu honda, tus piedras y arremete contra él. Tenemos que buscar intimidad con Dios, porque ahí es donde encontramos la fe y el poder para ahogar al enemigo y Jehová abre el mar para que podamos pasar al otro lado.

No importa tu estatura, tu fuerza física, si eres hombre o mujer. En las manos de Dios tienes la fuerza, el poder y la lealtad para pelear por lo tuyo y avanzar Su Reino.