“Tomó también Moisés la vara de Dios en su mano.” Éxodo 4:20 RV
“Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Salmo 23:4 RV
Recientemente tuve la oportunidad “de andar por el valle de la sombra de la muerte” con un vecino llamado Dave. Dave nunca había profesado una creencia en Cristo ni hasta había reconocido a Dios en absoluto, excepto usar Su nombre como una palabra de maldición. Aparte de esto, él era un hombre un buen hombre y un vecino agradable, así como un ciudadano observante de la ley. Cuando él se puso muy enfermo y el doctor dijo que no se iría vivo del hospital, algunos miembros de su familia sabían que yo soy una ministro con licencia y me pidieron que lo fuera a ver.
Mi marido y yo nos fuimos inmediatamente, y en el momento que lo vimos era obvio que ya estaba en sus últimas horas de vida. Conectado a tubos y agujas y máquinas, él parecía estar en un estado de coma, aunque el doctor dijo que él estaba casi seguro que Dave podía oírnos. Comencé a hablar con él de la única cosa que realmente importa en la vida, y esto es una relación personal con Jesucristo. Sus ojos parpadearon y se abrieron, y él me dio una breve sonrisa de reconocimiento.Yo podía deducir por sus ojos que él escuchaba. Tuvimos una conversación corta pero significativa sobre su necesidad de recibir a Jesús como su Salvador, entonces oramos juntos. Vi una paz sobre el rostro de Dave y su cuerpo relajado. Cuando le pregunté si él entendió lo que había pasado y si sabía que Jesús estaba listo para caminar con él por el valle de sombra de la muerte, él me dijo que si con la cabeza y susurró, "Sí". Unas horas más tarde, él completó su viaje por aquel valle en los brazos del Padre.
Algunos de los miembros de su familia y sus amigos vinieron hacia mí después y me dijeron cosas como, “sé que Dave está en paz ahora” “o creo que Dave está en el cielo ahora. ¿Sus razones para creer esto? Todos declararon la misma cosa: “Dave era un hombre bueno.”
Triste. Sin embargo muchos creen esta misma mentira, ¿que cualquiera de nosotros podríamos irse al cielo solamente porque somos buenos? Jesús estaba completamente claro cuando Él dijo, “Ninguno hay bueno sino uno: Dios.” San Mateo 19:17
Moisés vino para entender esta verdad crucial. Un antiguo pastor que estaba acostumbrado a cargar su propia vara mientras cuidaba a las ovejas bajo su protección, Moisés no se atrevía a entrar en la presencia del Faraón dependiendo en su fuerza humana y débil. En cambio él “tomó la vara de Dios en su mano” (Éxodo 4:20) antes de comenzar el proceso de conducir al pueblo de Israel fuera la esclavitud.
El rey David sabía esta verdad my bien. También un antiguo pastor, el Salmista declaró, “Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.” Él sabía, especialmente cuando a menudo afrontaba la amenaza de muerte de aquellos que lo odiaban y perseguían, que solo la vara de Dios podía conducirlo con seguridad a su casa.
Dave está seguro en su morada ahora, no porque él confió en su propia vara o bondad personal humana y frágil, sino porque él finalmente puso su confianza en la bondad perfecta de la vara de Dios. A ese punto él recibió la comodidad y la seguridad que él ya no tenía que temer el andar por el valle de sombra de la muerte, ya que su Salvador recién descubierto lo llevaría.
—Kathi Macias—Desde El Corazon Del Padre
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