Un hombre caminaba hacia una cafeteria, con su joven hijo. había un hombre que estaba abriendo la puerta para entrar cuando se le cayó una cadena de oro costosa. El sabía que pertenecía al hombre que había entrado antes que él, pero decidió robarla. Él miró a su alrededor para confirmar que nadie estaba mirando su acción. El cogió la cadena valiosa y se la puso en el bolsillo. Mientras continuaban caminando el hijo le preguntó inocentemente: "Papá, tu miraste a tu alrededor antes de levantar la cadena. Pero ¿por qué no miraste hacia arriba?" Las palabras inocentes del niño le iluminaron. Se dio cuenta de que estas palabras hicieron eco en su conciencia. Él confesó: “Yo debería haber mirado hacia arriba - al cielo - y saber que Dios me estaba viendo que yo he pecado.”. Transformado por palabras de su hijo, retornó la cadena al hombre que le pertenecía.
La Biblia nos recuerda: “El SEÑOR está atento a lo que hace cada hombre y observa por dónde anda.” Proverbios 5:21PDT
“Los ojos del SEÑOR están en todas partes, observando a los buenos y a los malos." Proverbios 15:3PD
“Porque Dios ve todo lo que la gente hace, está al tanto de cada paso que dan. No hay lugar lo suficientemente oscuro como para que la gente mala se esconda de Dios." Job 34:21,22PDT
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