Santiago 1:3: “Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.”
Un hombre tenía un gran reloj de caja. Un día le dio lástima el reloj porque éste tenía un pesado péndulo. Y dicho péndulo siempre colgaba del reloj. El hombre dijo: “Oh. Señor Reloj, usted ha cargado ese pesado péndulo por tanto tiempo; se lo voy a quitar para que pueda descansar.” El reloj protestó diciéndole: “No quites ese péndulo de mí. Es el que me hace funcionar.” De la misma manera, las pruebas y tribulaciones de la vida están presentes para fomentar nuestra perseverancia. Están para que continuemos adelante, continuemos confiando, continuemos orando y continuemos dependiendo en Dios.
—Dr. Adrián Rogers —EL AMOR QUE VALE
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