HABLAR SIN PALABRAS

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Hebreos 11:4

Es raro que una persona puede "hablar" con tanta eficacia a través de siglos y milenios, a pesar de que la Biblia no registra ni una sola palabra de su boca. Caín, se pone a hablar con cierta extensión en la historia de Abel (Génesis 04:01 - 14). En su historia registrada, Eva habla. Adán también tenía su opinión. Pero ¿qué es lo que escuchamos de Abel? Nada. Él, sin embargo, demuestra varias características reconocibles: la obediencia (él trae a Dios la ofrenda deseada) y el entusiasmo (no se puede leer de Abel sin sentir que le gustaba agradar a Dios).

Abel también fue víctima de violencia extrema. Abel sigue a su hermano Caín al campo y muere con una mirada de sorpresa y la vulnerabilidad en sus ojos, como millones han tenido. La historia de Abel nos recuerda el mal que oscurece nuestro mundo, de vidas perdidas por la traición y el odio. Su muerte suplica al juicio moral, rogando a Dios para arreglar las cosas de nuevo.

Y eso es exactamente lo que Dios promete hacer, a través de la victoria de Jesucristo, nuestro Salvador. En la mañana de Pascua, la vida de Abel - y la nuestra - se volvió a comprar eternamente, para siempre, por el gran poder de Dios. Jesús dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6). Hoy y todos los días de tu vida, confia en Jesucristo, Hijo de Dios, nuestro Salvador, para la vida eterna.

La historia de Abel se encuentra en Génesis 4. También se le menciona en Mateo 23:35, Lucas 11:51 y Hebreos 11:04; 12:24.