No esperes ser amado, para amar.
No esperes estar solito, para reconocer el valor de un amigo.
No esperes el mejor empleo, para comenzar a trabajar.
No esperes tener mucho, para compartir un poco.
No esperes a llegar allí, para recordar un consejo.
No esperes tener tiempo, para poder servir.
No esperes ser herido por otro para pedir perdón...
Ni esperes una separación, para reconciliarte.
No esperes... porque no sabes cuánto tiempo tienes.
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