MATEO 5:13-16
13-Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por lo hombres.
14- Vosotros sois la luz del mundo, una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15- Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero y alumbra a todos los que están en casa.
16- Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
Si la sazón no da sabor, no tiene valor. Si los cristianos no se esfuerzan por hacer un impacto en el mundo que los rodea, son de poco valor para Dios. Si somos muy parecidos a los del mundo no tenemos valor. Los cristianos no deben confundirse con los demás. En su lugar, debemos impactarlos positivamente como el condimento que da mejor sabor a la comida.
¿Se puede ocultar una ciudad que está en la cima de una montaña? Por las noches su luz se ve a la distancia. Si vivimos por Cristo, vamos a brillar como luces, mostrando a otros como es Cristo. Ocultamos nuestra luz al:
a) Callar cuando debiéramos hablar
b) Hacer lo que todos hacen
c) Negar la luz
d) Dejar que el pecado empañe nuestra luz
e) No dar a conocer nuestra luz a otros
f) No nos fijamos en la necesidad de los demás
Sea un faro de la verdad; no esconda su luz del resto del mundo.
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