Un día Cristo creará cielo nuevo y tierra nueva donde viviremos para siempre. Como cristianos, nuestra esperanza está en esa promesa. Pero con el regreso de Cristo viene su juicio contra todo aquel que se niega a creer.
La cura para la complacencia, el desorden y la herejía se halla en la confiable seguridad de que Cristo regresará. Todavía Dios les está dando oportunidad a los incrédulos para que se arrepientan. Para estar listos, los cristianos deben seguir confiando y resistir a la tendencia a darse por vencidos en la espera del regreso de Cristo.
Amén
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