Tuesday, July 1, 2014

EL CAPITAN

El mar estaba muy picado hacía varios días. La visibilidad era muy precaria. El capitán del enorme acorazado recomendó a su tripulación permanecer alerta.

Por favor informe inmediatamente cualquier novedad, ordenó con seguridad el capitán a su segundo.Tan pronto oscureció, uno de los marinos anunció: Atención, una luz está brillando hacia el norte.

¿Se está moviendo o está quieta? -preguntó el capitán. – ¡Se está moviendo! respondió el segundo.

El capitán llamó al encargado de las señales y le dijo: Avísele a esa embarcación que si sigue en esa dirección está en grave riesgo de estrellarse contra nosotros. Aconséjele que vire 20 grados hacia el este.

Como no hubo respuesta y la luz seguía acercándose el capitán decidió encargarse personalmente de la situación.

Atención, atención. Habla el capitán de este gran acorazado. Le advertimos una vez más, cambie de curso o nos estrellaremos contra ustedes.

Háganlo ahora, insistió el capitán con firmeza. Entonces una voz tranquila y segura le respondió: Aquí habla el marinero Pérez. Acorazado, cambie usted su rumbo 20 grados hacia el este.

Al oír esto el capitán, ya salido de casillas y casi gritando, dijo: Por última vez marinero.Este es un barco de guerra, vire inmediatamente 20 grados hacia el este.

Y la respuesta que recibió fue: Yo soy el encargado del faro y es usted es el que debe cambiar de curso, si no lo hace tendrá un accidente fatal.

A veces queremos que los demás cambien y hasta los amenazamos con estrellarnos. Es más fácil que tú cambies. Tú diriges tu barco. Ve a donde tú quieras y como todo buen capitán, sé flexible en la forma de construir los caminos. Escucha lo que los demás tengan que decir. Te puedes evitar una colisión.

Proverbios 11:2 “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra: Mas con los humildes es la sabiduría”

Salmos 37:11 “Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz”

Mateo 11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”.

Isaías 57:15 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados”.

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