LA MAESTRA SEVERA

Una maestra recién nombrada se le asignó el deber de manejar una clase en una escuela. La maestra que se encargaba de la clase tenía una muy mala impresión sobre los estudiantes. Así, que advirtió a la nueva maestra sobre ellos y le aconsejó que fuera severa, estricta, áspera y dura desde el principio. Influenciada por este consejo, la nueva maestra entró en la clase con un rostro sombrío agitando un bastón para generar miedo.

Los estudiantes se asustaron al ver su expresión. Ella les hizo una pregunta para poner a prueba sus conocimientos previos y ordenó que los que sabían la respuesta debían levantar su mano derecha. Muchos estudiantes levantaron su mano derecha.

Los estudiantes que no sabían la respuesta se quedaron quietos sin moverse, anticipando su reacción violenta. Mientras que examinaba a los estudiantes, descubrió que un niño en la última fila había levantado la mano izquierda en lugar de su mano derecha. Supuso que era una expresión de grave mala conducta y falta de disciplina, ya que tenía prejuicios por el informe de la maestra anterior. Por eso pensó que probablemente era el estudiante más indisciplinado de la clase.

En un arranque de ira, ella corrió hacia el muchacho y lo retorció violentamente con el bastón, gritando salvajemente, con la esperanza de que sería una advertencia eficaz para todos. El pobre niño se cayó y lloró en voz alta. Entonces fue que se dio cuenta que el niño estaba lisiado de su mano derecha y por eso había alzado la mano izquierda en su lugar, para demostrar que él sabía la respuesta.

La maestra quedó sorprendida. Ella hizo todo lo posible para tranquilizar al niño que lloraba. Más tarde se enteró de que el niño había sido víctima de la poliomielitis y que escribía con la mano izquierda ya que su mano derecha estaba totalmente deformada.

Este incidente transformó a la maestra. Ella se hizo amiga de todos los estudiantes, les hizo preguntas personales y se enteró de los nombres, habilidades, defectos, talentos especiales y los antecedentes familiares de cada estudiante en su clase. Con este enfoque personal y cariñoso ella se pudo ganar fácilmente su aprecio y admiración. Ella se convirtió en una maestra muy exitosa y fue amada y respetada por todos sus alumnos.

La parcialidad y los prejuicios pueden afectar nuestro juicio y dañar las relaciones humanas. El contacto personal con una interacción de confianza en los demás es el mejor método de enseñanza, y de evangelización. El amor es la lengua prescrita por Jesús para la evangelización.

Jesús dijo: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39b

El apóstol Santiago aconseja: Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse. Santiago 1:19

El apóstol Pablo aconseja en Efesios 4:26-32: 
26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,
27 ni deis lugar al diablo.
28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.
32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.