Cada uno de nosotros tiene un lugar favorito en nuestra casa. Para algunos es la cocina, porque nos gusta cocinar o que nos recuerda cuando solíamos observar nuestra Madre cocinar allí. Tal vez simplemente porque disfrutamos de las risas y compañerismo que surge de forma natural en un ambiente de la cocina cuando estamos con amigos y familia. La mayoría de los adolescentes les encanta su dormitorio con sus colores locos y decoraciones salvajes, paredes cubiertas con fotos de actores o cantantes favoritos. Por supuesto, los papás anhelan la sala de estar con su gran pantalla de televisión para ver deportes.
Jesús dijo que en la casa de su Padre hay muchas mansiones, y que Él va a preparar un lugar para nosotros. ¿Qué será? ¿Contendrá todas nuestras cosas favoritas, tales como álbumes de fotos o una pieza especial de muebles? ¿Lo pintará en nuestro propio esquema de color único, con cortinas y colchas a juego o será simplemente cubierto con su gloria y llenos de su amor?
Nosotros cambiamos los colores de pared, el estilo de muebles y revestimientos para el suelo todo el tiempo aquí abajo, pero cuando lleguemos al cielo, nada de eso importará porque el decorador Maestro será más importante que la decoración.
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9
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