El mosquito continuó su ataque, volando lejos de la cola de la vaca. De pronto fue capturado y atrapado en una tela de araña. Sus alas se atascaron y no podía moverse. La araña percibió la caída de la presa y se acercó rápidamente para paralizar el mosquito y matarlo. El mosquito se asustó. Él gritó a la vaca en voz alta, "Ayúdame. Estoy atrapado en la telaraña. Por favor perdóname. Voy a ser matado. Por favor, ayúdame!"
La vaca fue muy amable y gentil. Con un ligero meneo cuidadoso de su cola, rompió la telaraña, libertando y salvando al mosquito. El mosquito se avergonzó de sí mismo por jactarse ante la vaca. Admitió su error. Él declaró: "Usted es definitivamente más poderoso. Por favor, perdona mi ignorancia y arrogancia. Muchas gracias por salvarme. Nunca más te molestaré."
DL Moody decía que Dios tiene dos tronos: una en los cielos de los cielos, y la otra en el corazón humilde. Él escribió que Moisés pasó sus primeros cuarenta años pensando que era alguien. Luego se pasó cuarenta años en el desierto dándose cuenta de que él no era nadie. Finalmente pasó los últimos cuarenta años de su vida aprendiendo lo que Dios puede hacer con un don nadie.
Fred Smith dijo: "La humildad no está en negar el poder que tienes. Es es darse cuenta que el poder viene a través de ti, no de ti."
La humildad es una cualidad extraña. El momento en que uno piensa que lo tiene, lo pierde.
Abominación es a Jehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune. Proverbios 16:5
Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu. Proverbios 16:18
Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es el abatimiento. Proverbios 18:12
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Mateo 5:5
Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Lucas 14:11
Jesús nos enseñó a orar, Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Mateo 6:11
El apóstol Pablo aconseja: Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32
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