Sadhu Sundar Singh (1889-1929) estaba caminando por una vereda forestal. Vio un lugar quemado por un incendio forestal descontrolado. Buscando entre las ruinas él encontró el cuerpo carbonizado de un pájaro grande, quemado hasta la muerte. El Sadhu tenía curiosidad por saber por qué el ave voladora no escapó del incendio forestal. Tocó el cadáver carbonizado del pájaro con un palo. El cadáver carbonizado del pájaro cayó a cada lado, dejando al descubierto dos hermosos pájaros jóvenes que no fueron dañados por el fuego. Los Pajarillos abrieron sus pequeñas bocas exigiendo comida.
Él podía fácilmente rastrear la verdad detrás de la escena. Fue una demostración de amor sublime y supremo sacrificio. La madre pájaro se había precipitado a la escena y volando en el fuego ardiente para salvar a sus polluelos. A pesar de sus serios esfuerzos, no podía salvarlos a ellos o llevarlos lejos del fuego. Así que hizo su último intento por salvarlos. Ella tapó bien a los pichones por completo con su propio cuerpo en un abrazo sincero. El fuego la quemó viva, pero ella pudo proteger a sus polluelos, ofreciendo voluntariamente su propio cuerpo para ser quemado y chamuscado hasta la muerte. Ese fue un caso de amor sacrificial, un amor sin límites.
El Sadhu solía citar este incidente mientras predicaba sobre el amor infinito de Jesús que murió en la cruz para salvar a cada uno de nosotros de el fuego del pecado.
¿Puede una mujer olvidar a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Eso es lo que sucede cuando una madre está de acuerdo para matar a su infante inocente por medio del aborto. Si una madre olvida a su hijo, Dios nunca se olvidará del niño.
Jesús enseñó, Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Juan 15:12,13
El apóstol Juan nos recuerda: Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad. 1 Juan 3:18
El apóstol Pablo aconseja: Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:1,2
Dios habló por medio de Isaías, ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. Isaías 49:15
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